Acaba de publicarse el tercer y último volumen de Vida cotidiana y santidad en la enseñanza de san Josemaría. El conjunto de esta obra, que supera las 1.800 páginas, constituye la primera exposición teológica completa del mensaje del fundador del Opus Dei.
La presente obra en tres volúmenes expone teológicamente el mensaje de san Josemaría. Los autores, Ernst Burkhart y Javier López Díaz, profesores de Teología en Roma, han podido valerse de todos los escritos del fundador del Opus Dei, tanto los publicados como muchos aún inéditos, para llevar a cabo este estudio que despliega ante el lector un panorama de santidad y de apostolado y un ideal de transformación del mundo hasta ahora poco conocido.
Los dos volúmenes anteriores vieron la luz en 2010 y 2011. En el primero, el lector encuentra un recorrido histórico sobre la vocación y misión de los laicos, y tres capítulos sobre la finalidad última de la vida cristiana: la gloria de Dios, el reinado de Cristo, la edificación de la Iglesia por la santificación y el apostolado. Los temas del segundo volumen no son menos centrales: la filiación divina sobrenatural, la libertad de los hijos de Dios y el amor y las demás virtudes teologales y humanas de un hijo de Dios. El conjunto de estos temas compone una imagen del cristiano como “otro Cristo”, o más aún, con expresión de san Josemaría, “el mismo Cristo”, porque el cristiano ha de afirmar con san Pablo: “no soy yo el que vive, es Cristo quien vive en mí” (Gálatas 2,20).
El tercer volumen, recién publicado, aborda primero la santificación del trabajo profesional y de la vida familiar y social; después, la lucha por la santidad y, finalmente, los medios de santificación y apostolado. Concluye con un epílogo sobre la "unidad de vida", expresión típica de san Josemaría con la que los autores condensan su enseñanza. Como afirmaba el fundador del Opus Dei: "En la línea del horizonte parecen unirse el cielo y la tierra. Pero no, donde de verdad se juntan es en vuestros corazones, cuando vivís santamente la vida ordinaria..." (Homilía 8-X-1967, en: Conversaciones, 116).
Juan Pablo II definió a san Josemaría Escrivá como "el santo de lo ordinario", precisamente por su enseñanza sobre la santidad en la vida cotidiana. "Pionero de la espiritualidad laical", lo definió el cardenal alemán Josef Frings. Dios se ha servido de él –escribió el cardenal Ratzinger– para hacer surgir "una fuerza de bien en el mundo" que se caracteriza por la vinculación entre "fidelidad a la gran tradición de la Iglesia, a su fe, con desarmante sencillez, y apertura incondicional a los desafíos de este mundo".
Josemaría Escrivá ha actuado como un despertador, proclamando: que "la santidad no consiste en ciertos heroísmos imposibles de imitar, sino que tiene mil formas y puede hacerse realidad en cualquier sitio y profesión. Es lo normal y consiste en dirigir a Dios la vida ordinaria y penetrarla con el espíritu de la fe" (J. Ratzinger, Homilía 19-V-1992).