Las Naciones Unidas y sus socios humanitarios han hecho un llamamiento, el mayor de su historia, a la comunidad internacional a aportar 4.400 millones de dólares este año, para atender las necesidades básicas de la población dentro de Siria y de los refugiados en otros países a causa del conflicto.
Debido a que gran parte de los desplazados se encuentran en Jordania y Líbano, estos países han solicitado también más de 800 millones de dólares a la comunidad donante para seguir prestando ayuda a los refugiados que se han visto obligados a huir e Siria a causa de la guerra.
Un comunicado de la ONU informa que al presentarse la petición de ayuda internacional, la coordinadora para Ayuda Humanitaria de las Naciones Unidas, Valerie Amos, reiteró que sólo una solución política puede poner fin al conflicto sirio, que está causando una tragedia humana dentro y fuera de ese país árabe. “Son cifras muy elevadas detrás de las cuales hay una tragedia humana. Personas comunes, mujeres y niños están sufriendo las consecuencias de esa crisis. Más de 80.000 personas han sido asesinadas y esa cifra crece cada día”, señaló Amos.
Por su parte, el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR), Antonio Guterres, manifestó que habrá más de tres millones de refugiados sirios a finales de año en países vecinos si no se resuelve la crisis. Afirmó que “tenemos ahora 1,6 millones en los países en torno a Siria y recibimos unos 200.000 más cada mes. Calculamos que podemos llegar a 3,5 millones a final de año. Y eso no será posible sin la generosidad de Líbano, Jordania, Turquía, Irak y Egipto”.
Han pasado más de dos años desde que comenzó el conflicto en Siria y la ayuda humanitaria que llega dentro del país o a los países vecinos que acogen refugiados sirios sigue estando muy por debajo de unas necesidades que son masivas y crecientes. Así lo afirma el doctor José Antonio Bastos, presidente de Médicos Sin Fronteras (MSF) en España. El comunicado informa que esta guerra se ha combrado casi 100.000 vidas. Recuerda Bastos que «son los heridos y los enfermos los se enfrentan a obstáculos casi insuperables cuando intentan acceder a los servicios de salud, debido a los bombardeos constantes y los ataques selectivos contra el sistema de salud y su destrucción».
La ONU reconoció el pasado mes de enero que la ayuda enviada a Siria a través de sus fronteras era insuficiente. Desde entonces, señala la carta de MSF «el fracaso brutal en la provisión de ayuda independiente ha continuado, contribuyendo también al coste humano de esta crisis».
Fuera de Siria, 1,5 millones de refugiados se enfrentan a numerosos retos, «muchos de los que huyeron solo han encontrado miseria, carencias en las necesidades básicas y poco o ningún acceso a servicios esenciales en los países vecinos de Siria, donde un número demasiado escaso de organizaciones están respondiendo a unas necesidades desbordantes», recuerda el presidente de MSF.
En todos los países vecinos de Siria, los equipos de MSF han realizado 150.000 consultas médicas desde el principio del conflicto, y afirman que han registrado alarmantes indicadores de salud de los refugiados más vulnerables: niños que se quedan sin vacunar, una atención primaria que en el mejor de los casos es muy limitada, mujeres embarazadas que no tienen suficiente acceso a cuidados prenatales, ni parto seguro, ni atención post-parto, personas con enfermedades crónicas que tienen un acceso muy limitado al tratamiento que necesitan y al seguimiento médico.
«Las palabras tienen que dar paso a la acción», finaliza el comunicado, recordando que «ha llegado el momento de que los países donantes se comprometan a aportar los fondos necesarios para mantener la atención de salud y la ayuda humanitaria, y de que los Estados y actores relevantes en esta crisis garanticen la provisión de una ayuda humanitaria adecuada, tanto dentro como fuera de Siria».