El documento proporcionado por el Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS) del gobierno de los Estados Unidos de América, publicado este 28 de junio requiere tiempo para su análisis, declaró el cardenal Timothy Dolan, arzobispo de Nueva York y presidente de la Conferencia de Obispos Católicos de EE.UU.
El documento viene a la luz después de meses de manifestaciones de protesta en todo el país, así como declaraciones de diversos obispos y organizaciones pro-vida que consideran esta norma como una imposición que atenta contra la libertad religiosa contemplada en la Constitución y una negación del derecho de objeción de conciencia.
El mandato HHS exige que los empleadores, incluso los que tienen objeciones morales a la anticoncepción, provean a los empleados métodos y medicamentos anticonceptivos, incluidos los que causan el aborto y la esterilización, de forma gratuita, como parte de los servicios para las mujeres bajo la nueva ley de salud.
«Hemos recibido y comenzado a revisar la norma final de 110 páginas sobre el mandato HHS», dijo el Cardenal Dolan y expresó su gratitud por la prórroga de cinco meses en la implementación de la compleja propuesta, lo que permitirá estudiarla mejor.
El HHS emitió la resolución este 28 de junio y aunque la fecha de vigencia de la norma había sido fijada para el 1 de agosto de 2013, por decisión del alto organismo se ha postergado para el 1 de enero de 2014, sobretodo para algunas entidades sin fines de lucro.
La norma es larga y compleja, será necesario un estudio. Esta requiere un análisis más cuidadosa que nos permita dar una declaración más completa», reiteró el vocero de los obispos estadounidenses.