Un ataque de los Estados Unidos contra Siria acabaría por favorecer a Al Qaeda y a los grupos afiliados a esta organización. Lo afirmó el vice-primer ministro de Damasco, Faisal Mekdad, después del anuncio del presidente Barack Obama sobre la oportunidad de una votación del Congreso estadounidense sobre la opción militar.
Lo indico la Missionary International Service News Agency y precisó que: según dijo Mekdad en una entrevista difundida anoche, “un ataque contra Siria es un apoyo a Al Qaeda y a sus asociados, sea que se trate de Jabat Al Nusra o del Estado Islámico en Siria y el Irak”. Según el vice-primer ministro, una ofensiva también desestabilizaría a todo el Medio Oriente.
En un discurso pronunciado el sábado en el Rosedal de la Casa Blanca, Obama había reiterado la intención de los Estados Unidos de lanzar una acción militar en respuesta al presunto uso de armas químicas por parte de las fuerzas armadas de Damasco en el conflicto civil de Siria. Sin embargo, al mismo tiempo el presidente estadounidense había manifestado que antes de eso consideraba necesaria una votación de los diputados.
Según el periódico Washington Post, las divisiones internas en el Congreso podrían convertir el debate sobre Siria en “la discusión más tumultuosa de los últimos 40 años”. A pesar de que la votación en el parlamento estadounidense no esté prevista para antes del lunes próximo, el tema del conflicto civil dominó el ajetreo diplomático de todo el fin de semana. En una nota difundida anoche luego de una reunión de ministros de Relaciones Exteriores celebrada en El Cairo, la Liga Árabe pidió tomar “medidas detergentes y necesarias” contra el gobierno de Siria, en aparente referencia al presunto uso de armas químicas el pasado 21 de agosto en un suburbio del este de Damasco. Países como El Líbano e Irak, particularmente expuestos a los contragolpes de una ulterior escalada del conflicto de Siria, por su parte no han firmado el llamado. Además el uso de gas nervino no ha sido confirmado aún por los inspectores de la ONU que se encuentran en Holanda para analizar las muestras tomadas al este de Damasco.
La postergación de una posible intervención militar estadounidense, que la Casa Blanca presentó como una operación “limitada y focalizada”, también tuvo repercusiones en Europa. El gobierno de Francia, uno de los más decididos hasta ahora en apoyar una ofensiva contra Damasco, anunció el inicio de consultaciones sobre Siria con los líderes de bancadas en el parlamento. Después de que el parlamento británico detuviera los planes de guerra del primer ministro David Cameron, el Papa Francisco manifestó sus esperanzas de que vuelvan a hacerse sentir las voces favorables a una negociación en Siria. “¡La guerra llama a la guerra, la violencia llama a la violencia! –dijo el Pontífice ayer con ocasión del rezo del Ángelus– Con todas mis fuerzas, pido a las partes en conflicto que escuchen la voz de su conciencia, que no se cierren en sus propios intereses, sino que vean al otro como a un hermano y que emprendan con valentía y decisión el camino del encuentro y de la negociación, superando la ciega confrontación”. Francisco luego convocó a celebrar el sábado una jornada de paz y ayuno por la paz en Siria y en el mundo, convocando a los fieles en la Plaza de San Pedro para el sábado 7, desde las 19,00 hasta la medianoche.