El cardenal Cipriani convoca un Sínodo Arquidiocesano en Lima

El purpurado pidió que los sacerdotes faciliten el sacramento del bautismo a los fieles

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El cardenal Juan Luis Cipriani, arzobispo de Lima, anunció en el programa Diálogo de Fe del sábado 11 de enero, que ha convocado a un Sínodo Arquidiocesano en la capital peruana que permitirá «analizar el trabajo de la Iglesia local y proponer una orientación y un camino a seguir para los próximos años».

El purpurado afirmó que este Sínodo Arquidiocesano lo convoca motivado por la petición del Papa a la Iglesia de «que se organice de tal manera que podamos ir al encuentro de la gente en su trabajo, en sus problemas y en sus familias”.

Asimismo aseguró que “esto me ha llevado a meditarlo, consultarlo y darlo a conocer. Empezará toda una propuesta y una organización. Pero desde ya les pido oraciones para que el sínodo tenga muchos frutos, para que la Iglesia sea más cercana y realmente responda a las necesidades de la gente”.

Por otro lado, el cardenal reflexionó sobre el bautismo, en el marco de la Fiesta del Bautismo del Señor, que se celebra hoy 12 de enero.  “Por el bautismo me incorporo al amor de Dios, al pensamiento de Dios, a la alegría de Dios. La fe es un embarcarse porque creo que Dios no me engaña y nunca me abandona. Esa fe me lleva a grandes desafíos”, explicó el arzobispo de Lima.

Por este motivo, exhortó «a los padres de familia a no retrasar los bautizos de sus hijos y a los sacerdotes les pidió mayor disponibilidad y facilidades para la celebración de este sacramento de iniciación cristiana».

“Sacerdotes, faciliten esas charlas y esos horarios de atención, no la hagan larga, abran las puertas de las parroquias para recibir a los papás y padrinos. Hay que abrir las puertas del cielo a esas criaturas. Padres, no sean flojos, hagan un pequeño espacio. Bauticen a sus hijos pequeños y sean los garantes de la educación en la fe de sus hijos”, animó el purpurado.

Del mismo modo quiso recordar que “la mamá no le pregunta a la criatura de un mes si quiere mamar o no, ella sabe que tiene que alimentarse. La mamá asume una responsabilidad porque quiere a esa criatura. Por qué privarla de ese regalo, el gran tesoro de ser hijos de Dios, apoyado en la fe de los padres y los padrinos”.

En otro momento se refirió a la fraternidad humana a la cual estamos llamados desde que Dios mandó a su hijo para redimirnos y amarnos.“Hay que darnos cuenta que el vivir como hermanos en una familia, en una empresa, en un país, supone apoyarse en ese sacrificio que es respetar la honra, la opinión y el modo de ser del otro”, añadió.

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ZENIT Staff

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