Los católicos de Vietnam celebrarán este 18 de enero los 400 años de la llegada de los primeros misioneros de la Compañía de Jesús al país asiático. Los jesuitas llegaron siguiendo una delegación de cristianos japoneses que huían debido a una cruel persecución y cuyos barcos atracaron el 18 de enero 1615 en el puerto de Hoi An.
Lo indicó la agencia Asia News tras precisar que los misioneros provenían de Japón en donde se había desatado una persecución severa en su contra. Y aunque esta no era la primera presencia misionera en Vietnam -ya otros sacerdotes había traído el mensaje del Evangelio- la llegada de los jesuitas marcó un hito en la historia de la evangelización de dicho país.
Para rendir homenaje a este aniversario, la rama local de la Compañía de Jesús promovió entre otras una página de internet dedicada (www.loanbaotinmung.net), que enumera todos los eventos que caracterizan a las festividades de este año. La primera de ellas será una misa solemne oficiada por Monseñor Paul Bui Von Doc en la Catedral de Nuestra Señora en Saigón.
El Año Santo será uno de los primeros objetivos para llevar a buen término la renovación espiritual de los miembros de la Compañía, y de todos aquellos que han adoptado el carisma de san Ignacio de Loyola. Asimismo, contribuirá al fortalecimiento del espíritu misionero en el país y ayudará a los cristianos a saber (y conocer) la historia de la evangelización y de la contribución del cristianismo en el desarrollo de Vietnam.
La entrada y la asignación de los misioneros jesuitas se ha llevado a cabo de manera progresiva, a partir de enero de 1615. Los dos primeros religiosos de la Compañía en poner un pie en Vietnam fueron el padre François Busomi y el padre Diego Carvalho, acompañados de tres cristianos japoneses. Más tarde, se agregaron otros jesuitas que proporcionaron un gran aporte en el campo de la religión y la cultura; se debe a uno de ellos, Alexandre de Rhodes, el desarrollo del alfabeto (Quôc Ngu ) hoy y una versión adaptada del catecismo para los fieles del país.
Hoy Vietnam tiene una población de unos 87 millones de personas, de los cuales el 48 por ciento son budistas, católicos poco más del 7 por ciento, seguido por sincretistas el 5,6 por ciento y, por último, hay un porcentaje aproximadamente del 20 por ciento que se declara ateo. A pesar de ser una minoría (aunque significativa), la comunidad cristiana es particularmente activa en las áreas de educación, salud y social. Por el contrario, la libertad religiosa se ha ido reduciendo de forma constante: la introducción del Decreto 92 ha impuesto, de hecho, más controles y restricciones a la práctica de la adoración, que se une cada vez más a los dictados y directrices del gobierno y el Partido único Comunista.