Italia es el único país del mundo en el que el presidente del episcopado no es elegido, sino que es nombrado directamente por el Papa. Según el Estatuto de la Conferencia Episcopal Italiana (CEI), la elección es realizada por el Pontífice, que es primado de Italia y obispo de Roma.
Si antes era el Santo Padre el que «elegía y nombraba» al presidente de la CEI, ahora seguirá siendo el Papa el que lo nombre, pero a través de «la participación de todos los obispos, que le propondrán una lista de 10 a 15 nombres». Esta rosa de nombres será presentada al Pontífice, que «luego elegirá a quien quiera». Así ha resumido Mons. Nunzio Galantino, secretario general ad ínterin de la CEI, la novedad de la elección del presidente del episcopado italiano, cuya discusión sobre las diferentes modalidades posibles ha ocupado «gran parte» del Consejo Permanente.
De hecho, los obispos han analizado las «propuestas prevalecientes» para implementar la «tarea específica» que les asignó el papa Francisco en la asamblea del pasado mes de mayo. «Con alguna sorpresa», ha reconocido el secretario general, «la gran mayoría de los obispos ha decidido mantener la peculiaridad de la relación entre el Papa y la Iglesia italiana, que prevé que el nombramiento del presidente de la CEI proceda del Santo Padre».
Con respecto a la revisión del Estatuto, ha señalado Mons. Galantino , se trata de un «work in progress»: el Consejo Permanente de marzo será «una primera etapa», «la preocupación fundamental es que toda la CEI esté involucrada, no tenemos prisa». «La CEI -ha recordado a este respecto el secretario general- no es una instancia distinta o superior a los obispos: es un organismo amplio. La CEI son todos los obispos, considerados individualmente y todos juntos».