Han sido liberadas, ayer 9 de marzo, las 13 religiosas greco-ortodoxas y sus tres colaboradores, secuestradas desde el pasado 2 de diciembre en el Monasterio de Santa Tecla, en la ciudad siria de Malula. El secuestro fue llevado a cabo por el Frente al-Nusra, un grupo de militantes islamitas que combaten contra el régimen de Asad. En la tarde de ayer, tal y como publicó ZENIT, algunos medios informativos locales publicaban la posible liberación de las monjas. Pero no fue hasta la madrugada que se pudo confirmar la noticia ya que en las últimas horas los secuestradores habían tratado de poner más condiciones para liberarlas, y esto dio lugar a la extensión de su detención de unas horas más.
En la liberación de las hermanas, que ha tenido lugar gracias a la mediación del aparato de inteligencia del Líbano y de Qatar, como contrapartida han sido liberadas 153 mujeres presas en cárceles sirias.
El convoy con las monjas, explican los medios de comunicación de Beirut, atravesó la frontera con Líbano en la parte de Aarsal, zona sunita del valle de la Bekaa rodeado de chiítas simpatizantes de Hezbollah. Paralelamente, los medios que trasladaban las detenidas sirias se acercó de Damasco al paso fronterizo oficial sirio-libanés de Jdeidet Yabus-Masnaa. El general libanés Abbas Ibrahim, chiíta y responsable de la seguridad general, ha asegurado que después de la liberación las monjas fueron enviadas de vuelta a Siria con un viaje que duró más de nueve horas.
La madre superiora, Pelagia Sayaf, aseguró a la prensa que los secuestradores las trataron bien. En estos tres meses las religiosas han aparecido dos veces en vídeos transmitidos por los medios árabes y libaneses, uno el 6 de diciembre y otro el 10 de febrero. En ambas grabaciones, las monjas desmentían la versión del secuestro y confirmaban la versión de los milicianos. «Nos han llevado a salvo durante los bombardeos», declararon. Así también la madre Aghiah, una de las hermanas liberadas, ha afirmado en un comunicado publicado por los medios de comunicación libaneses que durante el secuestro todos los secuestrados fueron tratados bien y que los secuestradores “han sido correctos y muy amables”.
Como parte de las negociaciones confidenciales puestas en marcha para lograr la liberación de las religiosas también se han producido contactos directos entre las autoridades sirias y qataríes. Según fuentes del aparato de seguridad tomados de la prensa local, el jefe del Servicio de Inteligencia de la Qatar Saadeh al-Kbeisi se reunió en Damasco con su homólogo sirio, el general Ali Mamlouk para discutir la liberación de las hermanas.