Más de 500 católicos asesinados y 20 iglesias y casas parroquiales destruidas. Este es el número de muertos y daños causados a la comunidad católica en el noreste de Nigeria por los islamitas de la secta Boko Haram, desde 2009 hasta el presente.
Lo informó hoy la agencia de Noticias FIDES, e indicó que este balance ha sido publicado en un artículo del Catholic News Service of Nigeria, firmado por Su Exc. Mons. Oliver Dashe Doeme, obispo de Maiduguri, capital del estado de Borno, el lugar donde la secta fue fundada en 2009.
Mons. Doeme afirma que en la raíz de las acciones de Boko Haram, que también asesina en base a la religión, hay corrupción. “La corrupción es el problema número uno de la nación, – afirma el obispo – el surgimiento de Boko Haram es un producto de la corrupción. El Gobierno Federal debe combatirla enérgicamente”.
“Es triste ver como unas pocas personas se sientan sobre una montaña de millones de nairas” (la moneda local) añade Mons. Doeme. “Los jóvenes que participan en las actividades de Boko Haram pueden escapar de ellos si se les da la oportunidad de hacerlo”.
En una entrevista en 2011 a la Agencia Fides, Mons. Doeme había denunciado la connivencia de algunos políticos locales con Boko Haram: “La participación de algunos políticos de la secta es relevante desde su fundación. Al principio era un grupo creado para defender los intereses de ciertos políticos, luego se convirtió en una secta violenta, pero la política siempre ha estado detrás” (Veáse Fides 22/11/2011).
El hecho de que Boko Haram también ataca a la comunidad musulmana local es una indicación de que la secta persigue objetivos políticos, más allá de la etiqueta religiosa atribuida a sus actos.
En los últimos años, de Boko Haram se ha desprendió una facción, Ansaru, que parece seguir una agenda internacional que tiene enlaces conectados con otras formaciones yihadistas africanas como AQMI (Al Qaida en el Maghreb Islámico).