El cardenal y arzobispo de Santiago de Chile, Ricardo Ezzati, en el acto interreligioso de oración realizado ayer miércoles 12 de marzo en la catedral metropolitana, indicó que “desde distintas tradiciones cristianas y religiosas hemos sido convocados para orar por nuestro país y pedir para su excelencia la señora presidenta de la República, junto a todos sus colaboradores, la sobreabundante bendición del Señor, al inicio de su gobierno”.
Lo dijo ante la presidenta de Chile, Michelle Bachelet, quien siempre ayer miércoles al asumir su segundo mandato indicó que “el único gran adversario de Chile” se llama desigualdad. La presidenta reiteró la importancia de una gran reforma que garantice la educación gratis y de calidad. Aludiendo al crecimiento del 5,5 por ciento que el país tuvo en los últimos cuatro años, indicó que es sólo “un listado de indicadores o estadísticas” y prometió que que en su mandato espera dejar un país mucho más justo.
En esta oración por Chile participó la Mandataria, Michelle Bachelet Jeria, sus ministros y colaboradores, además de representantes de los tres poderes del Estado, de las Fuerzas Armadas y de Orden y miembros del cuerpo Diplomático.
Al igual que el Te Deum del 18 de septiembre esta ceremonia es de carácter interreligioso. Por lo tanto se sumaron representantes de distintas Iglesias; entre ellos el arzobispo Ortodoxo de Chile, monseñor Sergio Abad; el obispo Anglicano Héctor Zavala; de la Iglesia Luterana, Siegfried Sander; de la Iglesia Metodista, Pedro Correa y representantes de la comunidad judía y musulmana.
«Vivimos -indicó el cardenal- un momento fascinante de nuestra historia. Estamos próximos a alcanzar lo que técnicamente se llama desarrollo. No queremos olvidar, sin embargo, que mientras el desarrollo no alcance a todos, no podemos considerarlo tal. Sería simplemente crecimiento estadístico. El desafío de esta generación es hacer que este crecimiento pueda transformarse en desarrollo integral para todos».
Al final de su reflexión hizo un llamado a los políticos del país: «Me dirijo especialmente a quienes han sido elegidos para gobernar Chile: ¡Están llamados a servir a su pueblo!, ¡para eso han sido escogidos como los primeros! La legitimidad del mandato que recibieron radica justamente allí, en ser servidores del bien común».
«Dios quiera que los próximos años sean un tiempo propicio para seguir restaurando la dignidad humana de todos quienes habitamos esta tierra vendita», indicó.
Ezzati leyó también un texto del papa Francisco en el que pide «que crezca el número de políticos capaces de entrar en un auténtico diálogo que se oriente eficazmente a sanar las raíces profundas y no la apariencia de los males de nuestro mundo». Porque «es imperioso que los gobernantes y los poderes financieros levanten la mirada y amplíen sus perspectivas» informó un medio local.
La oración interreligiosa por Chile y por el nuevo Gobierno culminó con todos los asistentes entonando el himno nacional.