La comunidad latinoamericana de inmigrantes residentes en Roma festejó este jueves por la noche los 50 años del sacerdote escalabriniano Antonio Guidolín, que tras vivir 23 años en Argentina regresó a Roma y puso hace 11 años las bases para la pastoral latinoamericana.
En la misa de acción de gracias en la iglesia de ‘Santa María della Luce’, el sacerdote italiano festejado concelebró junto al superior de los escalabrinianos, Alessandro Gazzola y a otros 20 sacerdotes. En sus palabras hacia el público que llenaba la iglesia, el padre Guidolín indicó su vocación de servir a los inmigrantes y la alegría de haber podido trabajar en ella. Se definió como “un misionero entre el corazón de los migrantes” y precisó que nunca pensó en no ser sacerdote.
El superior general por su parte subrayó que al sacerdote festejado “se le ve siempre alegre y esto siempre positivo para todos” y al recordar que el tiempo pasa pidió a Dios “que le conceda a la comunidad latinoamericana la gracia de tener vocaciones religiosas o sacerdotales entre sus jóvenes”.
Interrogado por ZENIT, el superior Gazzola indicó que el carisma de los padres escalabrinianos es trabajar con los inmigrantes y por lo tanto en las periferias, encontrando gran coincidencia con lo que pide le papa Francisco.
La misa, como una paréntesis de la cuaresma, contó con música latinoamericana cantada con nostalgia por parte de los presentes y fue interrumpida no pocas veces por los aplausos. Se sucedieron los agradecimientos de los representantes de las asociaciones o cofradías que florecieron a la sombra de la pastoral latinoamericana, poesías, y al salir el festejado tuvo una cierta dificultad en pasar en medio de la gente debido a los abrazos calurosos de los presentes.
La fuerte inmigración latinoamerican en Europa inició a mediados de los años 90, y con motivo del jubileo del 2000 el sacerdote escalabriniano Guidolín le pidió a Juan Pablo II una iglesia para formar una pastoral.