El papa Francisco ha recibido este lunes al arzobispo mayor de Kyiv-Halyč (Kiev), su beatitud Sviatoslav Shevchuk. Durante la audiencia privada, el primado de la Iglesia greco-católica ucraniana ha agradecido al Santo Padre su apoyo y oraciones con motivo de las protestas de los últimos meses en esta república de Europa del Este. Y es que cuando las manifestaciones pacíficas se volvieron violentas, el Pontífice argentino lanzó reiterados llamamientos a la paz y al diálogo.
Por su parte, la Iglesia greco-católica siempre estuvo junto a los manifestantes y se ocupó de atender a los heridos.
La situación en el país sigue estando al rojo vivo. En plena crisis, el arzobispo Shevchuk no ha dejado de pedir a todas las partes implicadas, también a Rusia, que respete la integridad territorial de Ucrania.
Además, su beatitud ha denunciado que hombres armados han amenazado a sacerdotes greco-católicos para que abandonen Crimea. A pesar del clima de tensión, los presbíteros siguen allí y se niegan a dejar sus parroquias.
Según ha anunciado este martes el Kremlin, minutos después de que el presidente Vladimir Putin firmase el acuerdo de anexión con las nuevas autoridades de la península, Crimea ya forma parte de la Federación Rusa.
El Parlamento de esta provincia, en una sesión extraordinaria a puerta cerrada, votó el lunes una declaración de independencia efectiva este mismo día y facultó al primer ministro, Serguei Axionov, y al jefe del legislativo, Vladimir Konstantinov, para acudir a Moscú y firmar el tratado bilateral con Rusia.
Basándose en el resultado oficial del referéndum independentista del pasado domingo y a pesar de las sanciones internacionales, en Moscú el presidente Vladímir Putin promulgó un decreto en el que reconoce a Crimea como un Estado soberano. El texto firmado el mismo lunes por el mandatario ruso, que entró inmediatamente en vigor, incluye un reconocimiento para el «estatus autónomo especial» de Sebastopol, la ciudad crimea donde Rusia tiene estacionada a su Flota del Mar Negro.
De acuerdo con la legalidad internacional, Crimea es una república autónoma de Ucrania y la consulta del domingo solo es reconocida por Rusia. Fruto de las turbulencias provocadas por las protestas de Kiev, el referéndum fue preparado en el plazo récord de diez días y realizado en un entorno militarizado y especialmente controlado por los uniformados rusos.