Los sindicatos han convocado una huelga general para el próximo miércoles en Paraguay, la primera de este tipo en dos décadas.
El paro coincidirá con la tradicional marcha anual de las organizaciones campesinas, que convergerán en Asunción con su propia agenda de demandas, como la reforma agraria en un país con uno de los mayores niveles de desigualdad en la propiedad de la tierra del mundo.
El Gobierno ha intentado restar fuerza a la movilización denunciando la existencia de un plan para provocar actos de violencia ese día.
Por su parte, los sindicatos han defendido sus intenciones pacíficas y han aseverado que el Gobierno lleva a cabo una campaña para infundir miedo y desmotivar la participación.
La Conferencia Episcopal Paraguaya (CEP) ha pedido en un comunicado que la huelga general de mañana se desarrolle en el marco del respeto a las leyes y los derechos de terceros.
Además, los obispos recomiendan recurrir al diálogo y al consenso para superar la inequidad y alcanzar una vida más digna. Recuerdan también que el derecho a la huelga está garantizado por las leyes, pero que las demandas ciudadanas habría que hacerlas teniendo como horizonte la consecución del bien común de la nación paraguaya.
En los últimos meses han tenido lugar numerosas marchas y protestas en el país, primero contra la corrupción y el nepotismo, especialmente en el Congreso, y posteriormente contra el aumento del valor del transporte público.
A continuación, el texto íntegro del
Comunicado sobre las movilizaciones, marchas y huelga general
«Buscad ante todo el Reino de Dios y su justicia, y todo lo demás vendrá por añadidura» (Mt 6,33)
Los obispos del Paraguay, como pastores cercanos a la vida y al clamor de nuestra gente, sentimos la necesidad de ofrecer unas palabras de orientación y exhortación ante las marchas, movilizaciones y huelga general prevista para el 26 de marzo.
El derecho a la huelga está garantizado por las leyes. En efecto, el Código Laboral establece que «todos los trabajadores tienen derecho a declararse en huelga, de acuerdo con lo dispuesto por la Constitución Nacional» (Art. 359). Y expresa, asimismo, que «el ejercicio del derecho de huelga será pacífico» (Art. 361).
En este sentido, exhortamos a todos los actores involucrados: Gobierno, patronal y trabajadores a ser respetuosos de las leyes y de los derechos de terceros, especialmente de aquellos trabajadores que no se pliegan a esta convocatoria de huelga, garantizando el carácter pacífico de la misma. Así también, instamos a los manifestantes evitar cualquier tipo de provocación y violencia, en tanto que a las autoridades públicas les pedimos que arbitren todas las medidas y precauciones para garantizar la seguridad, la integridad y la vida de las personas.
Habría que reconocer en las demandas ciudadanas un anhelo por una vida más digna para amplios sectores de nuestra sociedad, afectados por una profunda inequidad que clama solidaridad y justicia social. Estas demandas ciudadanas, sin embargo, habría que hacerlas en el marco de diálogos y consensos, antes que nada, teniendo como horizonte la consecución del Bien Común de la Nación paraguaya, según el proyecto amoroso de Dios para sus hijos.
En el ámbito nacional de la República, creemos indispensable contar con un amplio consenso social y político para lograr una agenda que ofrezca soluciones a los grandes problemas sociales para mitigar y evitar las situaciones de violencia, inseguridad, criminalidad y todo tipo de ilegalidad e inequidad (Carta de la CEP a los tres Poderes del Estado, 2012).
Recordamos, junto con el papa Francisco que, si bien «el orden justo de la sociedad y del Estado es una tarea principal de la política», la Iglesia «no puede ni debe quedarse al margen en la lucha por la justicia». Todos los cristianos, también los Pastores, estamos llamados a preocuparnos por la construcción de una sociedad mejor (Cfr., Evangelii Gaudium, N° 183).
En este contexto que vive nuestro país, Pastores y fieles cristianos redoblaremos nuestras plegarias y esfuerzos para lograr la unidad del pueblo paraguayo, desde la promoción humana y la evangelización.
Asunción, 24 de marzo de 2014.
Consejo Episcopal Permanente de la CEP