Francisco confía a María a todos los ciudadanos del Líbano

La fiesta de la Encarnación es solemnidad nacional, festejada por católicos y musulmanes. El mensaje fue enviado a los participantes del VIII Encuentro de Oración Islámico-Cristiana

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El papa Francisco ha manifestado su alegría al ver “a cristianos y musulmanes unidos por la devoción a la Virgen María” y ha recordado que “el santuario de Nuestra Señora del Líbano, en Harissa es un lugar bendito donde todos pueden venir a invocarla”.

En un mensaje remitido ayer por el secretario de Estado del Vaticano, cardenal Pietro Parolín, a los participantes en el VIII Encuentro de Oración Islámico-Cristiana “Reunidos alrededor de María, Nuestra Señora”, el Santo Padre alienta “a cristianos y musulmanes a trabajar unidos por la paz y el bien común, contribuyendo así al desarrollo integral de las personas y a la edificación de la sociedad”.

Asimismo, el Pontífice confía a los participantes en el encuentro y a “todos los habitantes del Líbano a la intercesión maternal de la Virgen María, Reina de la Paz y Protectora del Líbano”.

La cita interreligiosa, que ha tenido lugar en Beirut con motivo de la festividad de la Encarnación, ha sido organizada por la Asociación de Antiguos Alumnos del Colegio de la Universidad de San José y de Nuestra Señora de Jamhour, según ha informado hoy la Oficina de Prensa de la Santa Sede

La solemnidad de la Encarnación, celebrada por cristianos y musulmanes, es una ocasión tan importante que el gobierno libanés decidió en 2010 que pasara a ser fiesta nacional.

Durante el VIII Encuentro de Oración Islámico-Cristiana, el secretario del Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso, el Padre Miguel Angel Ayuso ha disertado sobre ”La Virgen María y el diálogo islámico-cristiano”.

En su intervención -centrada tanto en la figura de María, como en la misión del Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso- el padre Ayuso ha subrayado que la fiesta del 25 de marzo es “un verdadero ejemplo de la larga convivencia entre musulmanes y cristianos que caracteriza la historia del Líbano, en medio de tantas dificultades, y constituye también un testimonio para tantas otras naciones”.

“Desde el Concilio Vaticano II -ha proseguido- la Iglesia Católica reconoce que los musulmanes honran a María, la Virgen madre de Jesús, e incluso la invocan con piedad. … María es mencionada varias veces en el Corán. El respeto por ella es tan evidente que cuando se la nombra en el Islam se añade «Alayha l- salam» (La paz sea con ella). Los cristianos se unen de buen grado a esta invocación. También debo mencionar los santuarios dedicados a María a los que acuden musulmanes y cristianos. En particular, aquí, en el Líbano ¿Cómo olvidar el Santuario de Nuestra Señora del Líbano en Harissa?”.

“La devoción crea sentimientos de amistad: es un fenómeno abierto a todos y todas. Las experiencias culturales que nuestras comunidades pueden compartir fomentan la colaboración, la solidaridad, el reconocimiento mutuo como hijas e hijos de un Dios único que pertenece a la misma familia humana. Por eso la Iglesia se dirige con estima a los creyentes del Islam. Con ellos a lo largo de estos 50 años, ha tratado de construir un diálogo de amistad y respeto mutuo”.

Después, refiriéndose al diálogo entre musulmanes y cristianos, ha explicado que el Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso “busca establecer relaciones regulares con las instituciones y organizaciones musulmanas con el fin de promover el entendimiento y la confianza mutua, la amistad y, cuando sea posible, la colaboración. De hecho, existen acuerdos con varias instituciones musulmanas a fin de garantizar la posibilidad de celebrar reuniones periódicas, en función de los programas y procedimientos aprobados por ambas partes. En la metodología del diálogo interreligioso y, por tanto, del diálogo entre cristianos y musulmanes , debemos recordar que el diálogo es una comunicación de dos vías… Se basa en el testimonio de la propia fe y, a la vez, en la apertura a la religión del otro. No es traicionar la misión de la Iglesia, y mucho menos un nuevo método de conversión al cristianismo. En el documento “Diálogo y anuncio”, publicado conjuntamente en 1991 por la Congregación para la Evangelización de los Pueblos y el Consejo para el Diálogo Interreligioso se habla de cuatro formas diversas de diálogo interreligioso: el diálogo de la vida, el diálogo de las obras, el diálogo de los intercambios teológicos y el diálogo de la experiencia religiosa. Estas cuatro formas atestiguan que no se trata de una experiencia reservada a los especialistas”.

Finalmente, el padre Ayuso ha concluido su discurso analizando el papel de María, a la luz del lema de la fiesta nacional del Líbano «Reunidos alrededor de María, la Virgen”. “En la exhortación apostólica ‘Marialis Cultus’, promulgada en 1974 por el Papa Pablo VI -ha afirmado-, María es presentada como «la Virgen que escucha», «la Virgen que reza», «la Virgen en el diálogo con Dios»… Pero también es la imagen de un modelo de diálogo de búsqueda cuando, dirigiéndose al arcángel Gabriel, le pregunta: «¿Cómo será posible?. María, modelo para los musulmanes y los cristianos, es también modelo de diálogo, ya que enseña a creer, a no encerrarse en certezas adquiridas, sino, a abrirse a los demás y a permanecer disponibles”.

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ZENIT Staff

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