El español Ángel Fernández Artime es el nuevo rector mayor de los salesianos, elegido hace un par de días por el Capítulo general que se celebra cada seis años.
El rector mayor saliente, don Chavez comentó que entregaba una orden religiosa en buen estado de salud y le recomendó a don Ángel que no lo siga ni a él ni al precedente rector, Don Vecchi, si no a Don Bosco. ZENIT tuvo la deferencia de ser recibido por el padre Ángel, 53 años, de aspecto juvenil, que profundizó sobre el carisma de los salesianos y los desafíos actuales de la orden, cuyo fundador Don Bosco se preocupó tanto de los jóvenes, y entre ellos los que más ubicados en las periferias materiales y existenciales.
¿Don Ángel, qué nos puede contar sobre el nuevo rector mayor, tanto para ubicarnos?
— Don Ángel. He nacido en España en la pequeña provincia de Asturias, en un pueblito lindo llamado Luanco, cerca del santuario de Covadonga. Hijo de una familia de pescadores desde hace cinco generaciones.
Y Jesús le llamó a ser pescador de hombres, pero no se imaginaba que lo eligieran rector mayor ¿verdad?
— Don Ángel. No, no, de ninguna manera.
Don Chávez indicó que el modelo de un rector mayor es siempre Don Bosco. ¿Cómo hace un salesiano para conocerlo a poco más de cien años de su muerte?
— Don Ángel. A don Bosco no pudimos conocerle físicamente, pero somos una congregación muy joven, y he conocido a muchos que han estado con Don Bosco. Hay como una transmisión muy próxima. Además tenemos el gran regalo a diferencia de ordenes muy antiguas, de poseer todos los documentos, cartas, fotos, además del archivo histórico y las obras críticas sobre Don Bosco.
Y unido a ello creo que teniendo un corazón salesiano y habiendo sentido la llamada del Señor, para ser como conmigo habían sido, especialmente por lo que se refiere a los jóvenes, hay algo que se transmite. Don Bosco está por ello muy cercano. Y es muy especial la opción por los jóvenes, que los habrá siempre, y temo que también siempre los habrá pobres no sólo materialmente. Además está demostrado que el querer ser amigo, hermano mayor, padre, es algo que abre las puertas a todas las personas, a las familias, matrimonio, relaciones fraternas, educación, todo con gran libertad pero proponiendo el anuncio del Señor Jesús.
¿Cómo se adapta el carisma salesiano en países en los cuales las situaciones cambiaron mucho de lo que eran, por ejemplo el trabajo con los talleres para los jóvenes?
— Don Ángel. El mundo es tremendamente diverso, la congregación salesiana al estar en 132 países tiene una riqueza y desafío grande. El carisma de don Bosco se ha encarnado en diversas y tantísimas culturas. Al inicio por ejemplo en Europa ha sido con los talleres, en otros lugares mediante la inserción en barrios populares o los oratorios. Como siempre se plantea lo esencial: hay jóvenes necesitados, ¿qué respuesta podemos ofrecerles hoy? Porque Don Bosco tuvo la genialidad de responder con lo que en su tiempo fue necesario. Pensar que hoy el cine mueve en un barrio no funciona, porque todos tienen la televisión en su casa. En cambio sí, por ejemplo, pensar cómo estar presentes en facebook, twitter, en esos nuevos patios y plazas virtuales, eso es muy actual y nuestro también.
¿Los salesianos en qué sentido son familia?
— Don Ángel. Nos llamamos familia salesiana porque ahora hay 30 ‘familias’, sectores de Iglesia que están canónicamente constituidos como institutos de vida consagrada, sea como congregación, como institutos de vida secular, unos treinta, pero que salen de un mismo tronco que es el carisma salesiano, suscitado por el Espíritu Santo en Don Bosco. En Miyasaky en Japón se ha subrayado un aspecto, en la asociación de María Auxiliadora otro, cada uno tiene su singularidad. Otro aspecto muy nuestro entretanto, es el espíritu de familia. La cercanía, no hay distancias, cada joven sienten que está cercano de un educador, educadora, como un amigo. Y esto lo he escuchado en todas partes del mundo: hay algo que queda como una huella en los ex alumnos y ex alumnas de Don Bosco.
Tenemos un papa latinoamericano que invita a ir a las periferias. ¿Qué objetivos al pensar en la esta invitación de ir a las periferias?
–Don Ángel. Cuando el Papa invita a toda la Iglesia a ir a las periferias, a nosotros como salesianos nos invita a seguir en permanente conversión a lo que es lo más genuino de nuestro carisma. Don Bosco optó por los jóvenes y los últimos ente ellos. Nuestra periferia no es nueva, viene desde el fundador. Lo habremos hecho mejor o peor, y si nos habremos equivocado queremos siempre retornar a Don Bosco y lo más genuino. Hay una total sintonía entre la invitación del Papa y nuestro capítulo general y lo que nos pedimos como salesianos y familia salesiana.