El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, aceptó ayer la recomendación de una comisión de cancilleres de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) para designar un “testigo de buena fe” que se encargará de facilitar el diálogo entre el Gobierno y la oposición y la creación de un consejo de derechos humanos.
«Me propusieron que aceptara un testigo internacional para que la oposición quiera ahora sí reunirse. Quieren un testigo, vamos a un testigo. Estoy de acuerdo que Unasur mande tres cancilleres», reconoció Maduro durante un acto celebrado en el estado Vargas.
También se mostró abierto a recibir un mediador extranjero y nombró al cardenal Pietro Parolín, secretario de Estado y antiguo nuncio en Venezuela. «Quieren que venga Pietro Parolín, que fue embajador aquí, que venga pues. Pobrecito, le van a hacer perder el tiempo. Estoy de acuerdo. ¿Quieren que venga? Que venga», dijo.
«El que quiere paz va a dialogar así sea en el infierno», añadió. «Pero no acepto condiciones, ni agendas previas porque yo no las estoy poniendo», aclaró el mandatario venezolano.
Nicolás Maduro ratificó así la propuesta formulada en el comunicado final que acordó una comisión de cancilleres de la Unión de Naciones Suramericanas y que fue difundido este jueves por el organismo regional.
Antes de las declaraciones del líder bolivariano, el vicepresidente de Venezuela, Jorge Arreaza, ya había anunciado que el Gobierno iba a atender la recomendación que hizo la Unasur de crear una oficina de derechos humanos que funcione desde el Ejecutivo nacional y que se creó «no una oficina solamente», sino un Consejo Nacional de Derechos Humanos.
La comisión de cancilleres de la Unasur enviada a Venezuela para tratar de contribuir al diálogo finalizó este miércoles su misión en Caracas después de dos intensas jornadas de reuniones con el Gobierno, la oposición, los estudiantes, empresarios y miembros de la Iglesia, entre otros sectores.
La visita había sido acordada a mediados de mes por la Unasur, que expresó su preocupación por la situación en Venezuela donde las protestas de las últimas semanas han dejado al menos 35 muertos y cientos de heridos.
En el citado comunicado, los cancilleres de la Unasur señalaron que «la Comisión reconoce la apertura y disposición del Presidente de la República de acoger las recomendaciones realizadas, y especialmente celebra la voluntad de acordar un testigo de buena fe que facilite el diálogo entre todas las partes».
Asimismo, destacaron que «la Comisión ha identificado en sus contactos un firme rechazo de todos los sectores a los lamentables actos recientes de violencia, condenando cualquier tentativa de ruptura del orden democrático y manifestando su compromiso con el respeto de todos los derechos humanos».
Por último, aseguraron que «la Comisión ha registrado la disposición al diálogo de todos los sectores, los cuales manifestaron la necesidad de moderar el lenguaje, generando así un ambiente pacífico que favorezca las conversaciones entre el Gobierno y los distintos actores políticos, económicos y sociales del país».