El Santo Padre ha visto esta mañana en la plaza, durante los saludos al finalizar la audiencia general, a los representantes de la "Plataforma de los religiosos por la paz" en Centroáfrica, compuesta por monseñor Dieudonné Nzapalainga, arzobispo de Bangui; el pastor Nicolas Grékoyamé-Gbangou, presidente de las Iglesias Evangélicas y del imán de Bangui, Oumar Kobine Layama. El Papa les ha animado a continuar unidos, cerca del propio pueblo, trabajando contra cualquier división. Además, les ha asegurado que hablará de Centroáfrica en el encuentro de mañana con el presidente de Estados Unidos, Barack Obama. Tal y como informa Radio Vaticana, los tres líderes religiosos, que antes de la audiencia general se han reunido también con el secretario de estado, cardenal Pietro Parolin, trabajan desde hace tiempo para intentar pacificar el país, reuniéndose con varios líderes de comunidades internacionales.
El arzobispo de Bangui habla de la situación del país en la entrevista a Radio Vaticana: "Hombres y mujeres centroafricanos que viven en el monte, perdidos, aterrorizados, al punto que no son ni siquiera capaces de expresar sus sensaciones o que, caminando por la calle, hablan pero están convencidos de que nadie les escucha".
En nombre de todos ellos, afirma el arzobispo, "he hecho la elección, junto a los otros, de ir a buscar a las autoridades, aquellos que deciden, para que puedan escuchar de nuestra propia voz la preocupación, el sufrimiento, la pena y la miseria de estas personas que lloran y que aumentan cada vez más en número".
Asimismo indica que "este grito pide actualmente seguridad, porque sin seguridad no se podrá volver a la escuela, no se podrá retomar las actividades hospitalarias, ni las actividades agrícolas y ni siquiera las administrativas: todo permanecerá paralizado como lo está actualmente. No hay seguridad: nosotros vemos las consecuencias. Todo está en el punto cero.
Dado que las facciones rivales del Seleka y de los anti-balaka no consiguen proteger al pueblo centroafricano, hemos dirigido un llamamiento para que la comunidad internacional intervenga para protegerlo: Centroáfrica es parte de la comunidad de las Naciones y es absolutamente imposible permanecer mirando, en la completa indiferencia, hombres y mujeres que mueren como bestias, no es posible quedarse así sin mover un dedo. Es tiempo de actuar para que un mañana la historia no nos condene preguntándonos: '¿Qué ha sido hecho por vuestros hermanos?'"
Por otro lado, explica también cómo ha sido la respuesta de la ONU y de los dirigentes con los que se han reunido. El arzobispo cuenta que han recibido respuestas que les ayudan a creer que el mañana será mejor, el mismo secretario general de la ONU ha dicho se está preparando una Resolución que vaya en el sentido de una intervención de los cascos azules.
Por su parte, el imán de Bangui, Oumar Kobine Layama cuenta a los micrófonos de Radio Vaticana que "el creyente debe conservar la fe en cualquier circunstancia y delante de las dificultades debemos preguntarnos '¿qué ha sucedido? ¿qué hemos hecho? ¿es quizá a causa de nuestro comportamiento que Dios nos ha puesto a prueba, haciéndonos vivir este drama? ¿o quizá es para darnos una lección para que aprendamos a aceptar a Dios en cada situación?'"
El mensaje que el imán quiere transmitir es "el de la fe que significa resistencia, paciencia y tolerancia, que forman el carácter y las virtudes de un verdadero creyente". Y por eso pide a "sus hermanos musulmanes tolerancia y paciencia, para que Dios nos lleve a la paz y a la cohesión social".
En cuanto a los llamamientos hecho a la yihad, el imán se pregunta 'la yihad, ¿la guerra santa contra quién?' Y explica que los musulmanes son protegidos por los cristianos en sus iglesias: "la mayoría de los musulmanes encuentra protección en los religiosos cristianos, protestantes y católicos, pero una gran mayoría católicos..." Y reconoce que "ese no es el islam que Dios nos ha confiado. Dios nos ha confiado un islam de paz, de tolerancia y de paciencia, de resistencia en todas las pruebas".
Del mismo modo indica que "creo que nosotros musulmanes nos encontramos hoy frente a estas dificultades porque nosotros hemos elegido el silencio cómplice: no hemos denunciado nunca, en nuestra comunidad, los abusos, los comportamientos de nuestros hermanos que estaban en el Seleka. No hemos asumido nuestras responsabilidades. Eh aquí, las consecuencias que Dios nos ha mandado". Y por esto, ha añadido, "es necesario que examinemos nuestros comportamientos para actuar en consecuencia, pedir perdón a Dios en lo que nos compete, para que Dios nos ayude, juntos a los otros, a restablecer la cohesión social".
Finalmente ha intervenido el pastor Nicolas Grékoyamé-Gbangou, presidente de las Iglesias Evangélicas. Él especifica que "nunca ha habido una milicia cristiana en Centroáfrica: los anti-balaka son bandas de autodefensa a nivel de pueblo, que ahora, por la fuerza de las cosas, se han constituido en milicias para contrarrestar y obstaculizar el Selenka. No se puede hablar de 'milicia cristiana'". Del mismo modo que el imán y el arzobispo, el pastor evangélico manifiesta su deseo: "imaginamos que la comunidad internacional escuchará nuestro grito de dolor y de esas personas que se encuentran en dificultad, y que por tanto, intervenga pronto para resolver la situación de los desplazados internos y también de las personas que se han quedado en casa pero cuya situación está en peligro". El pastor afirma que es necesario reestablecer la seguridad y pide que los que tienen la tarea de ir en ayuda de las personas en dificultad, lo hagan. rápidamente.