El Santo Padre ha enviado un mensaje a Ignatius Aphrem II, nuevo Patriarca Sirio-Ortodoxo de Antioquía y de todo Oriente, felicitándole por su nuevo nombramiento. Francisco reza por “esta feliz noticia”, para que el nuevo Patriarca “pueda ser un padre espiritual para su pueblo y un constructor incansable de paz y justicia, al servicio del bien común y del bien de todo Medio Oriente, en las actuales difíciles circunstancias”.
La Iglesia Ortodoxa Siriana de Antioquía, también denominada Jacobita, Siro-Ortodoxa, o Siríaca, es una de las llamadas antiguas iglesias ortodoxas orientales, pero rechazó las decisiones del posterior Concilio de Calcedonia, en el año 451 y mantuvo propia liturgia en idioma siríaco, variante del arameo, usada por la población rural.
El mensaje publicado hoy por la Oficina de Prensa de la Santa Sede añade: “Es importante para todos los cristianos dar testimonio del amor y la fraternidad que nos une, conscientes de la oración ofrecida por nuestro Señor en la Última Cena: que todos sean uno, para que el mundo crea”.
El Papa le agradece a Dios “por los lazos de fraternidad entre la Iglesia Católica y la Iglesia Ortodoxa Siria” y reza “para que nuestra continua amistad y diálogo puedan seguir desarrollándose y profundizándose. Que nuestro Padre celestial -finaliza- colme a Su Santidad con paz y fortaleza para la noble tarea que le espera”.