«La negación de todo tipo de respeto por la vida y la dignidad de las personas, mismo las más inocentes, vulnerables e indefensas, pide una firme condena. Además despierta compasión profunda por las víctimas, el horror y los sufrimientos físicos y espirituales así como las humillaciones increíbles que les son aplicadas».
Este ha sido el comentario del director de la Sala de Prensa de la Santa Sede, el padre Federico Lombardi, a los periodistas, tras las noticias que llegan desde Nigeria sobre el secuestro de un gran número de jovencitas estudiantes por los terroristas de Boko Haram, culpables de ir a los centros de estudio.
A tales acciones, añadió, «se suman otras formas horribles de violencia que desde hace tiempo caracterizan la actividad de este grupo» en el país africano.
«Nos unimos a los tantos llamados en favor de la liberación de estas jóvenes y a su restitución a una condición normal de vida», aseverió el portavoz, expresando la esperanza de que Nigeria «gracias al empeño de todos aquellos que pueden contribuir, encuentre la vía para poner fin a una situación de conflicto y terrorismo odioso, fuente de incalculabres dolores».
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