VER

Estamos reunidos todos los obispos del país, para reflexionar sobre la evangelización de la cultura, entendiendo ésta no como una acumulación de conocimientos, sino como el estilo de vida de las personas y de los pueblos, las costumbres, las normas de comportamiento, las relaciones con la naturaleza, con los demás y con Dios; es decir, la vida toda. Hace tiempo, hablar de cultura era sinónimo de estudios universitarios, de saber distinguir una sinfonía de música clásica, de la cantidad de libros que alguien tuviera. Esa concepción ya no es actual. La cultura tiene que ver con la antropología, la psicología, la sociología, la economía, las leyes, los criterios predominantes, las formas de ser y de pensar, las religiones, que configuran la identidad de una persona y de un pueblo.

El objetivo de nuestra asamblea es: Incentivar la pastoral evangelizadora de la Iglesia en México en las diferentes culturas y sus periferias, a la luz de la Exhortación Apostólica Evangelii Gaudium, para que Jesucristo sea vida plena de nuestro pueblo. Y como objetivos específicos nos hemos propuesto: Dialogar con distintos actores de la sociedad, para comprender su visión y tratar de responder al desafío de evangelizar las culturas del país. Promover una reflexión sobre la pastoral de la cultura, desde el Magisterio pontificio, latinoamericano y mexicano. Analizar algunas experiencias significativas de la evangelización de la cultura, para proponer algunos compromisos concretos.

Estamos escuchando a representantes del mundo artístico, político, empresarial y de los medios de comunicación; a indígenas, migrantes, líderes sociales y víctimas de la violencia. Invitamos a un profesor de la UNAM, al Rector de una Universidad Intercultural, al Rector del TEC de Monterrey y al Presidente de la AMIESIC, que es la Asociación Mexicana de Instituciones de Educación Superior de Inspiración Cristiana, que aglutina a más de 70 universidades y centros de estudio.

Nos iluminan con su sabiduría el Rector de la Universidad Pontificia de México, el Subsecretario del Pontificio Consejo para la Cultura, los arzobispos Rogelio Cabrera y José Guadalupe Martín Rábago, para exponernos el Magisterio de la Iglesia sobre la evangelización de la cultura, a partir del Concilio Vaticano II, hasta la Exhortación del Papa Francisco La alegría del Evangelio.

En trabajos por grupos y por provincias eclesiásticas, proponemos algunas pistas de acción para reanimar, recimentar, incentivar y redimensionar la pastoral permanente de la Iglesia, que es evangelizar, sobre todo en algunos ambientes, escenarios, contextos y areópagos en los que debemos ofrecer el Evangelio de Jesús. Compartimos varias experiencias, para animarnos en esta tarea de ser misioneros también en los rincones del mundo.

PENSAR

El Papa Francisco nos urge a salir de nuestras posturas tradicionales, ya conocidas, que nos dan seguridad, y ser más audaces al evangelizar: “El Señor pide salir de la propia comodidad y atreverse a llegar a todas las periferias que necesitan la luz del Evangelio” (EG 30). “Más que el temor a equivocarnos, espero que nos mueva el temor a encerrarnos en las estructuras que nos dan una falsa contención, en las normas que nos vuelven jueces implacables, en las costumbres donde nos sentimos tranquilos, mientras afuera hay una multitud hambrienta y Jesús nos repite sin cansarse: «¡Denles ustedes de comer!» (EG 49).

Es imperiosa la necesidad de evangelizar las culturas, para inculturar el Evangelio” (EG 69).“El diálogo entre ciencia y fe también es parte de la acción evangelizadora” (EG 242). “La fe no le tiene miedo a la razón” (EG 242).

Se nos urge a redimensionar nuestra pastoral evangelizadora, pues decía San Juan Pablo II: “Una fe que no se hace cultura, es una fe no plenamente acogida, no totalmente pensada, no fielmente vivida”.

ACTUAR

Invitamos a sacerdotes, religiosas, y sobre todo a fieles laicos, para que nos preguntemos en qué ambientes de nuestra comunidad hace falta la presencia de Jesús, y qué podemos hacer cada quien para abrirle el camino.

Beata Marie Leonie Paradis

«Una vida dedicada a sostener la misión de los sacerdotes, que discurrió anclada en su profunda devoción a la Sagrada Familia. Su labor apostólica se desarrolló en Canadá. Es la fundadora de las Pequeñas Hermanas de la Sagrada Familia»