El vicario apostólico de Trípoli ha asegurado fidelidad a los cristianos del país, en una Libia acechada por la violencia y la inestabilidad. «La comunidad cristiana en Libia ya está reducida al mínimo pero pretendo quedarme aquí aunque haya un solo cristiano», ha dicho monseñor Giovanni Innocenzo Martinelli a la agencia Fides.
«En Cirenaica -explica el vicario- ya no hay monjas, y están dejando la región la mayor parte de los filipinos, que son el corazón de la comunidad cristiana en Libia. En Trípoli hay todavía una buena presencia de filipinos pero también aquí se están yendo muchos».
La situación es desalentadora. «La Iglesia -prosigue monseñor Martinelli- tiene relación con esta presencia de laicos que trabajan en el sector sanitario y vista la situación, este es realmente un momento de prueba fuerte. No sé hasta dónde llegaremos, pero confío en que un grupo de personas se quede aquí al servicio de la Iglesia».
A pesar de que «por el momento los combates han cesado», la situación permanece «precaria» y hace que sea un misterio «qué fisionomía asumirá el país». Monseñor Martinelli afirma que el aeropuerto está todavía cerrado y que «las personas que se van lo hacen en barco».
Aún así, no falta la esperanza en las palabras del vicario apostólico de Trípoli. «Todavía tengo confianza en el futuro de Libia, pero estamos en las manos de Dios». Por esto, monseñor Martinelli promete: «Hasta que haya aquí un solo cristiano yo me quedaré para asistirlo. Aunque si el servicio religioso se ha reducido al mínimo no puedo abandonar a los pocos cristianos que quedan». Finalmente, pido oración porque «solo la oración puede resolver situaciones difíciles como la de Libia hoy».
El país vive sumido en una espiral de violencia continua desde la revuelta del 2011 que derrocó al líder Muammar Gaddafi. Foco de los enfrentamientos es el aeropuerto que se encuentra a pocos kilómetros del centro de la capital. El pasado 13 de julio se enfrentaron entre sí la milicia de Zintan -que tienen el control del aeropuerto desde el momento de la caída del régimen-, y una serie de grupos rebeldes vinculados, al parecer, a los movimientos yihadistas. En esta ocasión murieron al menos 6 personas y otras 25 resultaron heridas. Nuevamente este domingo, informa Reuters, más de 20 personas murieron en las batallas entre las facciones armadas que buscan controlar el aeropuerto. Además, los enfretamientos produjeron un gran incendio en el mayor depósito de combustible de la ciudad.