Un día después de la decapitación del periodista Steven Sotloff, por manos de un miliciano del Estado Islámico (EI). su familia residente en Miami, a través del portavoz familiar, Barak Barfí, indicó que a su hijosólo le preocupaba «ayudar a la gente» en el mundo árabe, donde «fue apreciado por todos». Recordó que compraba medicinas para la gente y aconsejaba a los pequeños empresarios.
El portavos hablando algunas frases en árabe, interrogó al jefe de las milicas del IS, Abu Bakr al Bagdadi: «Si el mes de Ramadán es el mes de la piedad y el perdón, ¿dónde está tu piedad?», dijo. Y les aseguró que así operando están traicionando al mismo Corán.
La familia quiso precisar que Sotloff no tenía el «vicio de la guerra», ni se consideraba «un Lawrence de Arabia», y que por el contrario «quería dar voz a los que no la tenían».
Se supo además que el periodista tenía también la nacionalidad israelí, particular que se supone los secuestradores desconocían, ya que nunca indicaron la ascendencia judía. Según la cadena CNN, Israel ocultó ese dato para no perjudicar aún más al secuestrado.
Sotloff «era una inspiración para todos en Estados Unidos», dijo el portavoz familiar, y pidió que sea respetada la privacidad de los funerales, cuya fecha no ha sido anunciada.
El reportero secuestrado el 4 de agosto del año pasado en la frontera entre Siria y Turquía, colaboró con la revista ‘Time’ y el ‘Christian Science Monitor’, entre otros.
Las imágenes de la decapitación del periodista Sotloff han generado reacciones de condena y rechazo a nivel internacional.El secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-Moon, calificó de «brutal» el asesinato y pidió que «los responsables sean llevados ante la justicia».
Reporteros sin Fronteras (RSF) calificó lo sucedido como un crimen de guerra y su secretario general, Christophe Deloire, dijo que el EI «no contento con haber desarrollado una industria de rehenes, lleva el horror aún más lejos al realizar la decapitación en serie de periodistas».