El papa Francisco ha viajado este sábado por la mañana en avión a Tacloban, una localidad en la isla de Leyte, a 650 kilómetros de Manila, que quedó prácticamente destruida por el paso del tifón Haiyan en noviembre de 2013.
Una vez allí, a las 9,30 hora local, el Santo Padre rendirá homenaje a las numerosas víctimas de la catástrofe. El terrible ciclón causó la muerte a más de ocho mil personas y afectó a más de 14,5 millones en seis regiones y 44 provincias de Filipinas.
Tras una hora y cuarto de vuelo, el Pontífice argentino se dirigirá con el vehículo panorámico directamente a un área del aeródromo donde va a celebrar la misa, que se espera multitudinaria. En la explanada, será acogido por el arzobispo de Palo, monseñor John Forrosuelo Du, el Gobernador de Leyte, y los alcaldes de Tacloban y Palo.
Después, el Papa se trasladará en automóvil a la residencia del prelado de la cercana localidad de Palo, a unos 12 kilómetros del aeropuerto de Tacloban, donde almorzará con 30 sobrevivientes del tifón Haiyan. Algunos de ellos son seminaristas.
El Santo Padre inaugurará, a las 15 horas, el Pope Francis Center for the Poor (Centro Papa Francisco para los pobres) en Palo, un complejo gestionado por la comunidad Kkottongnae brothers of Jesus, aún en construcción, pero que acoge a huérfanos, ancianos y enfermos, y que ha sido financiado en parte por el Pontificio Consejo Cor Unum.
Esa misma tarde, a las 15,30 locales, el Pontífice concluirá la visita a esta isla con un encuentro con obispos, religiosos y supervivientes del tifón en la catedral de Palo, construida por los jesuitas españoles Juan del Campo y Alfonso de Humanes, y dedicada a la Transfiguración del Señor. De camino al aeropuerto, el papa Francisco se detendrá ante un monumento en memoria de las víctimas para un momento de recogimiento y oración.