“…Las dificultades morales de la fecundación in vitro…otras objetivas dificultades éticas son el gran número de embriones que se pierden… la hiperestimulación ovárica que en ocasiones puede ser una grave complicación médica”
En 2011 se reportaron en Europa 588.629 ciclos de fecundación in vitro. Esta cifra para Estados Unidos, en ese mismo año, era de 151.923; de 66.347 para Australia y Nueva Zelanda; de 84.443 para Francia; de 67.596 para Alemania; de 66.120 para España; de 59.807 para Reino Unido; 63.777 para Italia; de 56.253 para Rusia; de 18.510 para Suecia y de 14.578 para Australia. Los países con mayor número de ciclos de fecundación son Japón y Estados Unidos. Sin embargo si el número de ciclos se expresa por millón de habitantes los países nórdicos y Bélgica son los que mayor prevalencia tienen.
En Bélgica, República Checa, Dinamarca, Estonia, Islandia, Noruega, Eslovenia y Suecia más del 3 % de los niños nacen utilizando técnicas de reproducción asistida, sin embargo este porcentaje en Estados Unidos es aproximadamente un 1%.
En cifras absolutas en el mundo se realizan alrededor de 1 millón y medio al año, estimándose que pueden nacen alrededor de 350.000 niños.
Un aspecto importante a considerar es el número de embriones que se trasfiere para aumentar la eficacia de la técnica. La cifra media en el mundo es de 1.75. En Europa prácticamente no está legalizada la implantación de más de tres embriones, por lo que los embarazos múltiples han disminuido de un 26,9% en el año 2000 a un 19,4 % en 2011, cifras muy inferiores al 30% que se da en Estados Unidos. El país con menor número de embarazos gemelares en el mundo es Suecia, con seguridad debido a que en el 74,4% de los casos se implanta un solo embrión.
En relación con la eficacia de la técnica, en 2011 el índice de embarazos por embrión trasferido fue un 33,3% cuando se utilizó la fertilización in vitro, de un 31,6% cuando se utilizó el ICSI y de 23,4 % si se utilizaron embriones congelados (http://www.eshre.eu/Guidelines-and-Legal/ART-fact-sheet.aspx Junio 2014).
Con independencia de las dificultades morales que la fecundación in vitro tiene (para más información se puede acceder al documento: “Discernir la procreación medicamente asistida. Conceptos clave de la Iglesia Católica, de Monseñor Ignacio Carrasco de Paula, Obispo de Tapso y presidente de la Pontificia Academia para la Vida), especialmente debidas a que la vida de un ser humano se genera fuera de la relación de amor del acto conyugal, ya que se produce en un medio artificial como es un banco de laboratorio, tiene también otra objetiva dificultad ética que es el gran número de embriones que con estas prácticas se pierden. Pero además, en relación con la fecundación in vitro, otro aspecto ético a considerar es que la estimulación hormonal que se requiere puede provocar un síndrome de hiperestimulación ovárica que en ocasiones puede ser una grave complicación médica. En 2011 se detectaron en Europa 1.683 casos de hiperestimulación ovárica, de ellos 520 en Rusia, 189 en Italia y 184 en España.
