Alepo: '¡No podemos más!'

Mensaje del Consejo de Jefes de las Confesiones cristianas

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El Consejo de Jefes de las Confesiones cristianas de Alepo ha denunciado el intenso dolor, la profunda angustia y el desasosiego que ha vivido esta ciudad y el pueblo sirio durante la Semana Santa y los días de Pascua.

En medio de este sufrimiento lacerante y con profundo dolor, los líderes religiosos han realizado un llamamiento a la comunidad internacional: «¡Basta con la destrucción y la desolación!, ¡basta de ser el objetivo de las armas más destructivas!, ¡No podemos más! Terminad con la venta de armas, instrumentos de muerte y munición».

A continuación publicamos el comunicado remitido a ZENIT por la Congregación para las Iglesias Orientales:

Resurrección del Salvador o sepultura de los fieles

Mensaje del Consejo de Jefes de las Confesiones cristianas de Alepo

Durante la Semana Santa y los días de Pascua, nuestra ciudad y nuestro pueblo han sufrido un dolor intenso, una profunda angustia y desasosiego: Durante la noche han bombardeado nuestros barrios con granadas propulsadas por cohetes, cuya capacidad destructiva no habíamos sufrido hasta ahora. Hemos estado allí, lo hemos visto y hemos llorado: ¡Estaban los cuerpos atrapados entre los escombros, los restos humanos pegados a las paredes y la sangre humedecía el suelo de la patria! Son decenas de mártires de distintas religiones y confesiones, heridos y mutilados, hombres y mujeres, ancianos y niños. Hemos escuchado el llanto de las viudas y de los niños y hemos visto el pánico en el rostro de las personas.

En medio de este sufrimiento lacerante y con profundo dolor hacemos un llamamiento, a gritos, a las personas de recta conciencia que estén dispuestas a escuchar: ¡Basta con la destrucción y la desolación!, ¡basta de ser el objetivo de las armas más destructivas!, ¡No podemos más! Terminad con la venta de armas, instrumentos de muerte y munición. ¡No podemos más! ¿Qué queréis de nosotros? ¡Decidnos, por que no podemos más! ¿Queréis que resistamos heridos y humillados, mutilados y privados de la más mínima dignidad humana?, ¿o que nos marchemos por la fuerza para seguir destruyéndonos? Nosotros lo que queremos es vivir en paz como ciudadanos honestos junto a los demás hijos de este país. No tenemos miedo al martirio pero nos negamos a morir y que nuestra sangre sea el precio de un final dudoso y mezquino.

No queremos ser el “Alepo de los mártires”. Queremos que permanezca el “Alepo al-Shahbah”, (literalmente “el gris”, por el típico color de sus edificios) testimonio de la ternura, del amor, de la paz, del perdón y del diálogo. Que Alepo siga siendo la joya preciosa de la corona de nuestro país, Siria, con todos sus elementos y su diversidad cultural, religiosa y confesional.

Que la misericordia llegue a nuestros mártires, la curación a nuestros enfermos y heridos, la tranquilidad para nuestros hijos y la seguridad y la paz a todos nuestros ciudadanos.

13 de abril de 2015

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ZENIT Staff

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