La Corte Suprema de Arabia Saudí ha ratificado la condena a 10 años de cárcel y mil latigazos al bloguero Raif Badawi. Además, el activista deberá pagar una multa de un millón de riales saudíes (unos 266 mil dólares), cerrar su página y destruir su ordenador. Badawi tampoco podrá viajar fuera del reino wahabí durante otros diez años, una vez que salga de la cárcel. El dictamen de este tribunal no admite ninguna instancia posterior y sólo puede ser modificado por un perdón concedido por el monarca Salman bin Abdelaziz Al Saud.
Amnistía Internacional, la organización que ha liderado la campaña para que el bloguero saudí sea liberado, ha criticado este domingo en un comunicado la decisión de mantener esta condena “cruel e injusta”. También ha definido el hecho como “un día oscuro para la libertad de expresión”.
Badawi, un joven de 31 años y padre de tres hijos, se encuentra en prisión desde mediados de 2012. Hace un año fue declarado culpable de “insultar al islam a través de medios electrónicos” por haber difundido sus ideas a través de la Red Liberal Saudita, un sitio en internet que invita al debate sobre temas políticos y religiosos.
El joven activista recibió sus primeros 50 latigazos el pasado 9 de enero, en una plaza pública de Yeddah, la segunda ciudad de Arabia Saudí. La siguiente tanda de azotes fue suspendida por “recomendación médica” y desde entonces la aplicación de la sentencia ha quedado retrasada sin explicación oficial.
La condena internacional –de las Naciones Unidas y la Unión Europea, entre otros– ante el castigo se vio amplificada con la difusión de un vídeo de la flagelación grabado con un móvil. Las imágenes muestran cómo un miembro de las fuerzas de seguridad azota al bloguero. Desde entonces, cada viernes hay concentraciones ante las embajadas saudíes en numerosas capitales europeas, así como en EEUU y Canadá.
Las autoridades del reino wahabí han rechazado esas críticas. El pasado mes de marzo, el Ministerio de Exteriores emitió una nota tachándolas de interferencia en sus asuntos internos.