El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, defendió este lunes la obligación moral de su gobierno en la lucha contra el cambio climático, cuyas consecuencias definió como la mayor amenaza para el futuro.
En una ceremonia en la Casa Blanca, el mandatario presentó los detalles del denominado Plan de Energía Limpia para limitar las emisiones contaminantes de las centrales termoeléctricas del país e impulsar la inversión en energías renovables.
“Van a decir que nuestro plan va a destruir millones de puestos de trabajo”, aseguró Obama al señalar que a su lado tiene a la mayoría de la opinión pública y a personalidades como el papa Francisco, quien se ha manifestado a favor de la reducción de gases contaminantes.
“Somos la primera generación que siente las consecuencias del cambio climático y la última que tiene la oportunidad de hacer algo para detenerlo”, apuntó el gobernante. “Este es uno de esos problemas que por su magnitud, si no lo hacemos bien, no podremos reaccionar ni adaptarnos. Cuando hablamos de cambio climático, existe la posibilidad de llegar tarde”, insistió.
“Solamente tenemos un hogar, un planeta. No hay un plan B”, dijo Obama al admitir que ningún país por sí solo puede hacer lo suficiente para frenar el calentamiento global.
El presidente estadounidense subrayó además que, como dejó claro el Pontífice en su encíclica Laudato si’, “la lucha contra el cambio climático es una obligación moral”. “La ciencia nos está diciendo que tenemos que hacer mucho más”, reconoció. “No hay un desafío que suponga una amenaza mayor para nuestro futuro que el cambio climático”, reiteró Barack Obama.
Las medidas presentadas ayer complementan el objetivo general con el que EEUU se ha comprometido ante la ONU con miras a la conferencia mundial sobre cambio climático que se celebrará en diciembre en París.