Un avión de pasajeros ruso con 224 personas a bordo, incluidos los siete miembros de la tripulación, se ha estrellado este sábado en la península egipcia del Sinaí. Nada más conocer la noticia, el primer ministro Sherif Ismail ha formado un comité de crisis para gestionar el accidente. Así, el Gobierno de Egipto ha detallado que 214 pasajeros eran rusos y tres ucranios. Se trata de 138 mujeres, 62 hombres y 17 niños.
Además, el Ministerio egipcio de Aviación Civil ha informado que aeronaves militares han localizado los restos del aparato al sur de la localidad de Al Arish. El avión operado por la aerolínea Kogalymavia, un Airbus A-321, está completamente partido en dos y lo más probable es que hayan muerto la mayoría de pasajeros. El aeroplano ha caído en un área montañosa y el mal tiempo ha dificultado a los equipos de rescate la llegada al lugar. Al cierre de esta edición, fuentes de seguridad han asegurado que no hay supervivientes.
El presidente egipcio, Abdelfatah al-Sisi, ha expresado sus condolencias por la tragedia aérea en un comunicado remitido a la prensa. “Al Sisi está siguiendo los acontecimiento y ha ordenado al comité de investigación que lleve a cabo su misión con rapidez e identifique las razones que condujeron al accidente”, recalca la nota.
También el presidente ruso, Vladimir Putin, ha expresado sus más profundas condolencias a las familias de las víctimas, según ha indicado el servicio de prensa del Kremlin.
Todavía se desconocen las causas del suceso, pero la hipótesis que cobra más fuerza es la del fallo mecánico. Las fuerzas de seguridad egipcias han dicho que no hay indicios de que el avión haya sido derribado.
Ante algunas informaciones que circulan por las redes sociales, Rusia ha desmentido que un grupo vinculado al autodenominado Estado Islámico haya bombardeado el aparato siniestrado.