Un año más, el papa Francisco, apoyado por las Uniones Internacionales de Superioras y Superiores Generales (UISG Y USG) y por el Consejo Pontificio de Justicia y Paz, ha invitado a la Iglesia universal a participar en las “vigilias de oración” contra la trata de personas que se celebrarán en todo el mundo.
La II Jornada Internacional de Oración y Reflexión contra la Trata de Personas tendrá lugar el próximo 8 de febrero, fiesta de santa Josefina Bakhita, una esclava sudanesa que, una vez liberada, ingresó en la Congregación de las Hijas de la Caridad Canosianas, y que fue canonizada en el año 2000, según informó este martes la agencia de la Conferencia Española de Religiosos (IVICON) en una nota.
Como ha recordado el Santo Padre, las personas sometidas a esta lacra no son «esclavos, sino hermanos», y no son solo las mujeres destinadas a la prostitución, sino también los niños con los que se trafica, las personas destinadas al trabajo forzado, a la mendicidad o al tráfico de órganos, situaciones que a menudo engendran la así definida esclavitud del siglo XXI.
Este fenómeno no afecta solo a algunas áreas del mundo, es un hecho global que implica a los países de procedencia de las personas víctimas de trata, a los de tránsito y a los países de llegada de tantos niños, mujeres y hombres.
Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC), aproximadamente 21 millones de personas, a menudo muy pobres y vulnerables, son víctimas del tráfico con fines de explotación sexual, trabajo forzado, extracción ilegal de órganos, mendicidad, servidumbre doméstica, matrimonios forzados, adopciones ilegales u otras formas de explotación. Cada año, cerca de 2,5 millones de personas son víctimas de la trata y la esclavitud. De ellos, el 60 por ciento son mujeres y niños, quienes con frecuencia sufren abusos y violencia indescriptibles.
Por otra parte, para los traficantes y proxenetas, esta llega a ser una de las actividades ilegales más lucrativas en el mundo, al generar un total de 32 mil millones de dólares al año. Llegando así a ser el tercer negocio más rentable después de los tráficos de drogas y de armas.
Desde hace años, la Iglesia Católica trabaja en muchas partes del mundo para prevenir el tráfico de seres humanos, sensibilizando, denunciando las causas y las redes de traficantes y explotadores, luchando a favor de políticas sociales contra la trata, acompañando y protegiendo a las víctimas y favoreciendo su reintegración social.
II Jornada Internacional de Oración y Reflexión contra la Trata de Personas
Se celebra el próximo 8 de febrero, fiesta de santa Josefina Bakhita. Cada año, unos 2,5 millones de personas son víctimas de la trata y la esclavitud