El rector del Pontificio Colegio Mexicano en Roma, el padre Armando Flores Navarro explicó la situación religiosa y social que el papa Francisco encontrará en el viaje apostólico al país azteca, que se realizará del próximo viernes 12 al jueves 18 de febrero, así como los factores históricos que permitieron que un pueblo católico como el mexicano haya podido vivir momentos históricos de fuerte anticlericalismo.
Lo hizo en un desayuno de trabajo organizado por Mediatrends América en Roma, después del embajador de México ante la Santa Sede, Mariano Palacios Alcocer; quien aseguró que ‘el Papa lleva a mi país un mensaje de esperanza’. Por su parte, la periodista Valentina Alazraki que recordó que “ahora el Papa será recibido en el Palacio Nacional”, mientras que “en 1979 no había ni relaciones diplomáticas”. El rector del Colegio Mexicano consideró que “el Papa llegará a México para hablarle a todos los países del continente americano, a los del norte y a los del sur” y “desde el corazón del catolicismo americano que es la Basílica de Guadalupe”. Y que “no va a México a resolver sus problemas ni a regañar a nadie, sino con profunda sensibilidad pastoral”.
“Tengo la convicción –aseguró el sacerdote– de que el Papa va a México como pastor de la Iglesia universal para confirmar en la fe a sus hermanos” porque “su visita es apostólica y no política como algunos quisieran verla”.
El rector Flores consideró además que “el Papa valora mucho la religiosidad popular y esta, me atrevería a decir, es el alma del pueblo de México”, y les invitará a que “asuman un papel más activo en la construcción de una sociedad más fraterna y justa”.
Durante su estadía, el Papa “va a recordarnos el tesoro que tenemos en casa, en el testimonio evangelizador de Santa María de Guadalupe”, que en las difíciles circunstancias del siglo XVI vino al encuentro “de hombres y mujeres, de diversos pueblos -español, indígena y mestizo- que sufrían el doloroso nacimiento de una nueva cultura”.
Señaló además tres palabras claves en el mensaje guadalupano: ‘encuentro, ternura y misericordia’, que indicó, “son las mismas que constituyen la gramática misionera del Papa” de una Iglesia en ‘salida misionera’ debe hacer entender que el nombre de Dios es misericordia, debe promover la fraternidad a través de la cultura del encuentro y con la revolución de la ternura».
Sobre el contexto histórico del catolicismo, el rector recordó que la Iglesia en México data del siglo XVI, llegó con los españoles, pero con el paso del tiempo dejó de ser española para hacerse mestiza, con una enorme extensión territorial y vías de comunicación terrestre rudimentarias.
Al hablar sobre el siglo XIX, período en el que se registró la guerra cristera, señaló que “la independencia de la Corona española y el nacimiento de un nuevo estado nacional significaron para la Iglesia un período de inestabilidad”, porque “la Iglesia, identificada por el Patronato con la Corona, fue la única institución que llegó con los españoles y permaneció después de la independencia”. Y por lo tanto “su solidez institucional y su disponibilidad de recursos contrastaban con la fragilidad y la precariedad del naciente Estado”. Esta situación creó una tensión entre la Iglesia y el Estado.
La Iglesia hoy en México, “es una Iglesia joven, que ha madurado y crecido en medio de la presión de diversas circunstancias históricas. Es una Iglesia que no vivió la Edad Media, pero que se ha visto precisada a hacer la síntesis cultural del mensaje del Evangelio llegado desde Europa con la riqueza cultural de los pueblos originarios de proverbial religiosidad”.
Los datos estadísticos indican que la edad promedio de los obispos es de 62 años; el número de prestíberos de 15.921, los religiosos son 6.805 y las religiosas suman 27.046. Las parroquias, que son las unidades pastorales básicas, son 6.940.
Sobre la población, según el Censo Nacional de Población de 2010, señaló que el 82 por ciento de la población declaró ser católica, lo que equivale a 92,3 millones de personas, con una distribución que no es uniforme. Por ejemplo, en Chiapas el censo reporta un 58 por ciento de población católica, mientras que en el Estado de México y en Ciudad de México, es el 83 por ciento. En cambio, en Michoacán el porcentaje es el 92 por ciento.
La región más pobre, la de Chiapas y la frontera norte -señaló el sacerdote- son las más afectadas en su identidad católica, lo que se debe sin lugar a dudas al proselitismo de las sectas.
El rector del Colegio Mexicano presentó también los datos del IMDOSOC en 2013, encuesta que señala a la Iglesia como una institución sumamente confiable para la sociedad mexicana.
Lo datos sociales que manejó el rector, fueron los del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL) que en el año 2014, situó la población nacional que vivía en situación de pobreza en el 46.2 por ciento, y el 9.5 por ciento en pobreza extrema. Una distribución que no es homogénea, porque mientras que en Chiapas, en 2014, el 31.8 por ciento de la población vivía en situación de pobreza extrema y en la ciudad de México era sólo el 1.7 por ciento.
Señaló también “otros flagelos sociales, en nuestro país y en los demás países latinoamericanos”, como el narcotráfico, la violencia homicida de la delincuencia organizada, la inseguridad social, la producción, el trasiego, venta y consumo de droga, la trata de personas, el tráfico de armas, la corrupción y otras muchas situaciones que podrían englobarse, dijo “en lo que el Papa llama cultura del descarte”.
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El embajador de México ante la Santa Sede, Mariano Palacios Alcocer; la periodista Valentina Alazraki; y el rector del colegio Mexicano, Armando Flores Navarro. (Foto ZENIT)
El Santo Padre desde México hablará a todo el continente americano
Lo indicó el rector del Pontificio Colegio Mexicano en Roma, y añadió que «el Papa valora mucho la religiosidad popular y esta es el alma del pueblo de México»