Mil seminaristas recibirán ayuda de AIN en memoria del padre Jacques Hamel

La fundación pontificia lanza esta campaña extraordinaria para sostener los estudios de futuros sacerdotes por todo el mundo

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(ZENIT – Roma).- Ayudar a mil futuros sacerdotes en recuerdo del padre Jacques Hamel, y así honrar la memoria del párroco francés brutalmente asesinado mientras celebraba misa el pasado 26 de julio. Esta es la iniciativa que Ayuda a la Iglesia Necesitada en Italia ha lanzado con una campaña extraordinaria que apoyará en los estudios a mil seminaristas en todo el mundo. Desde Colombia a Bosnia-Herzegovina, de Cuba a Nigeria, de la India a Rumanía, de Angola a Madagascar. Un total de 21 diócesis se beneficiarán de esta ayuda.
Desde la fundación pontificia indican que “en muchas de las áreas más pobres y de las tierras de persecución, a pesar de las graves dificultades, hay un alto número de jóvenes que desea ser sacerdote”. Pero, explican, a menudo en estos países, los seminarios no pueden acoger a todos los estudiantes porque no tienen estructuras adecuadas. “Hemos elegido los seminarios que tenían mayor necesidad de ayuda –subraya el director de AIN-Italia, Alessandro Monteduro– para permitirles que acojan muchos más estudiantes y formar a aquellos que nosotros consideramos que son los nuevos ‘soldados de la fe’”.
De este modo se cumple una “reacción concreta” frente a los ataques que lamentablemente se han sufrido en las últimas semanas. “AIN construirá además una iglesia en Bangladesh, con el apoyo de la familia de Simona Monti, una de las víctimas italianas del atentado de Daca”, informa la fundación pontificia.
Por otro lado, Monteduro añade que el apoyo a la formación de nuevos sacerdotes es también “una respuesta concreta al fundamentalismo» porque, sobre todo en los países en los que la amenaza extremista está más presente, «los ministros de Dios deben poseer los instrumentos adecuados para promover el diálogo y contribuir a una coexistencia pacífica entre todos los grupos religiosos, poniendo un freno a conflictos y prejuicios que pueden favorecer el difundirse de grupos extremistas”.
Finalmente, asegura que “formar sacerdotes bien preparados es un arma potente contra el fundamentalismo”. Y es además fundamental –concluye– que la presencia cristiana sea visible y arraigada, especialmente en esas sociedades bajo ataque por parte de los extremistas.
 

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ZENIT Staff

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