Padre Mario, Carmen Y Kiko © Neocatechemunal.Blogspot.Com

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Camino Neocatecumenal: 50 años de la llegada a Roma (II)

Artículo de Alfonso V. Carrascosa, de la 2ª Comunidad

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(ZENIT – 9 marzo 2018).- Con ocasión del 50 aniversario de la fundación del Camino Neocatecumenal, se está preparando un gran encuentro en la Universidad de la Sapienza (Campus de Tor Vergata), a las afueras de Roma, que se celebrará el 5 de mayo de 2018, próximo a la fiesta de la Virgen de Pompeya, que es el día 8 de mayo.
Les ofrecemos la 2ª parte del artículo que ha escrito para ZENIT Alfonso Vicente Carrascosa Santiago, de la 2ª Comunidad Neocatecumenal de la parroquia Nuestra Señora del Tránsito, donde Kiko y Carmen comenzaron esta iniciación cristiana precisamente en 1968 (Leer la 1ª parte).
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Por otra parte el cardenal Poletti les había puesto en contacto con el entonces director del centro catequístico de la diócesis de Roma, Monseñor Julio Salimei, quien, impresionado por las conversiones y la acción del Señor en las parroquias, fue también de gran ayuda ante algunas dificultades surgidas, enviándoles a hablar con el secretario de la Sagrada Congregación para el Clero, que era la congregación responsable de la catequesis en la Iglesia. En aquella ocasión se encontraron con monseñor Maximino Romero, a quien habían conocido cuando era obispo de Ávila, y les había sostenido y ayudado. Lo primero que hizo fue pedirles los esquemas que usaban en las catequesis, para que las examinaran expertos en catequética. Le explicaron que se trataba de páginas en ciclostilo que ni siquiera habían sido corregidas porque no le daban mucha importancia y por tanto no tenían escritos oficiales, si no tan solo indicaciones, esbozos, transcripción de una predicación oral adaptada a la gente que escuchaba, para ayudarla a descubrir la vida práctica y la liturgia de la Iglesia dentro de un camino de conversión.
Uno de los consultores de la Sagrada Congregación para el Clero que estudió el Camino escribió: “Pretendo ahora subrayar otro aspecto de estas catequesis, o mejor de este Camino neocatecumenal. Como estudioso de la Historia de la catequesis antigua he de decir que el intento de Kiko y Carmen de actualizar el catecumenado es un intento logrado. La experiencia personal les ha llevado a intuir lo que de profundamente válido contenía esta Institución de la Iglesia de los tres primeros siglos, y les ha permitido traducirla en una estructura. Estructura que, aunque no calca la antigua, asume sus elementos más importantes y los inserta en un contexto nuevo: el de la conversión de bautizados que, a pesar de serlo, no han hecho jamás una opción personal de Fe. En este proceso, que requiere su tiempo, a estos bautizados de las Comunidades Neocatecumenales se les ayuda a hacer su opción global de Fe en un clima de comunidad. Se les ayuda a hacerse disponibles a la acción del Espíritu Santo que les introduce en la comprensión y aceptación del radicalismo evangélico, iniciándoles gradualmente y de forma experimental, bien sea en la palabra de Dios, bien en los sacramentos de la conversión cristiana -penitencia- o en la Eucaristía. Yo encuentro muy positivo todo esto. Por ello concluyo este mi juicio invitando a los responsables de la Sagrada Congregación del Clero a que den ánimos a este movimiento, ayudándolo con compresión y con paterna indulgencia a que permanezca siempre en la línea ya emprendida de servicio a las comunidades parroquiales para su auténtica renovación”.
Otras persecuciones en Roma les llegaron porque algunos decían que esta comunidad no tenía ningún compromiso social – el Camino nació en Roma coincidiendo con Mayo del 68 y todo estaba lleno de comunidades de base politizadas -, y que se pretendía repetir el bautismo. Un testimonio interesante al respecto del ambiente que se respiraba en Roma en este momento es el de Giusseppe Gennarini, actual responsable junto a su esposa del Camino Neocatecumenal en USA, que se puede leer en su libro “Gnosis y teología política” (http://www.buenanueva.es/tienda/lectio/gnosis-y-teologia-politica/) o en la dirección https://www.religionenlibertad.com/del-mayo-del-marx-cristo-mision-61582.htm. Toda esta persecución que llevó a la intervención de las distintas congregaciones que ya hemos comentado, al final hicieron que Camino Neocatecumenal fuera conocido por el Papa Pablo VI, que fue el primer Papa que habló sobre el Camino Neocatecumenal, y lo hizo precisamente el 8 de mayo de 1974, fiesta de la Virgen de Pompeya, o Virgen del Rosario, aquella a la que don Dino les había llevado a visitar nada más llegar a Roma. Pablo VI les dijo entre otras cosas:
“Cuánta alegría y cuánta esperanza nos dais con vuestra presencia y con vuestra actividad! … Este propósito, que para vosotros es un modo consciente y auténtico de vivir la vocación cristiana, se traduce en un testimonio eficaz para los otros: hacéis apostolado porque sois lo que sois!… Vivir y promover este despertar es considerado por vosotros como una forma de ‘después del bautismo’, que podrá renovar en las comunidades cristianas de hoy aquellos efectos de madurez y profundización que en la Iglesia primitiva eran realizados en el período de preparación al bautismo. Vosotros lo hacéis después. El antes o después yo diría, es secundario. Lo importante es que vosotros buscáis la autenticidad, la plenitud, la coherencia, la sinceridad de la vida cristiana. Y esto tiene un mérito grandísimo, repito, que nos consuela enormemente…”
De esta forma el Papa respondía sin saberlo a todas aquellas acusaciones: “Hacéis apostolado sólo porque sois lo que sois!” y “el antes o después del bautismo, yo diría es secundario”. La fecha del 8 de mayo fue para Kiko y Carmen un signo de que la Virgen les apoyaba. De hecho nunca más les volvieron a acusar de repetir el bautismo. Al término de la audiencia se acercaron a saludar a Pablo VI Kiko, Carmen, el padre Amadei, Gregorio… El Papa preguntó “¿Quién es Kiko?”, le puso las manos sobre los hombros y le dijo “Sé humilde y fiel a la Iglesia, y la Iglesia te será fiel”. También le dio una medalla. Carmen le dijo que en vez de una medalla prefería que le impusiese las manos, y así lo hizo.
A Juan Pablo I le encontraron cuando era Patriarca de Venecia, de 1.972, y que les dió permiso para abrir el Camino en su Diócesis. En los siguientes lo animó y lo siguió, presidiendo personalmente todas las etapas y los escrutinios. Además erigió un Centro Neocatecumenal Diocesano, poniendo a disposición del Camino la bellísima Iglesia de Santo Tomás. Pero, sobre todo, permitió celebrar la Vigilia Pascual durante toda la noche, confirmó en todo la práctica del Camino frente a párrocos que habían suscitado ciertas dificultades. Kiko siempre recuerda con alegría sus palabras en la homilía pronunciada a los hermanos de la Primera Comunidad Neocatecumenal de la Parroquia de Santa María Formosa, que habían llegado a la Iniciación a la Oración. Les animaba citando a los Padres: “Voy a rezar, voy a luchar”.
Más tarde san Juan Pablo II, el 3 de setiembre de 1.979, en una misa en Castelgandolfo, recibiría por primera vez a Kiko, Carmen, al Padre Mario tras la cual habló con ellos personalmente. Más tarde el Papa comenzó a visitar las parroquias de Roma, visitas en las que siempre tenía lugar un encuentro particular con las Comunidades Neocatecumenales, en las que le hablaron del Camino, sobre todo Carmen, que aquí jugó un papel fundamental. En noviembre de 1980 san Juan Pablo II tuvo el primer encuentro público con el Camino Neocatecumenal, en la parroquia de Mártires Canadienses, donde doce años antes se había comenzado el Camino. Este es el famoso encuentro en el que al referirse el Papa varias veces al Camino como un movimiento, Carmen le puntualizó en voz alta que no era un movimiento si no un camino, concluyendo san Juan Pablo II finalmente: “Al ser camino, es también movimiento”. Carmen recuerda este encuentro con alegría en sus “Diarios” (D420): “El Papa en Martiri. De madrugada, maravillosa con estrellas, Alocén – Barajas – Roma. Tú eres más potente que nadie, Santo, Bendito, y has sentado al Papa durante una hora con nosotros, y has hecho hablar a Kiko con santidad, humildemente. Jesús, yo un poco locatis, pero libre. Le he dicho al Papa al oído: «Le queremos tanto». Y él ha empezado su discurso así: «Os quiero». Aplausos. Jesús mío, Tú eres vencedor y te amo. Ayúdame. Papa, ¿puedo decir una palabra? Le queremos tanto. Estamos, Padre, en profunda comunión con Usted. El que le da potencia y gracia a Usted para llevar su Iglesia, y que sostuvo a Pablo VI en su difícil tiempo, y que ha llevado el Concilio Vaticano II, da potencia y dinamismo para llevar todo esto, que no es otra cosa que el Concilio Vaticano II en acto en el pueblo: un catecumenado nuevo, «neocatecumenado», vigorizando la fe —con vistas a un mundo ateo que nos circunda—, que no es otra cosa que zambullirse la Iglesia en su bautismo, en la Muerte y Resurrección de Jesucristo, y abriendo un Éxodo, camino de vida eterna. Estamos en profunda comunión. Nosotros no somos más que siervos inútiles, espectadores de la obra del Señor. Pablo VI decía: «Me dicen… Pero dicen tantas cosas…». Padre, existe el Acusador, Satanás, que pasa los muros vaticanos, que intenta separarnos con estas acusaciones. Pero el Espíritu Santo es el Abogado, el Defensor. Esperamos que su ángel de la guarda le diga: «No tengas miedo de tomar contigo “el catecumenado”, a María, que lo engendrado en ella es fruto del Espíritu Santo». No somos una Iglesia paralela”. (Roma, 2 de noviembre de 1980)
Todo este proceso de conocimiento de los Papas del Camino Neocatecumenal de primera mano fue propiciado por el Espíritu Santo de un modo providencial, y provocó la emisión del primer reconocimiento oficial del Camino por parte de un Papa, en la persona de san Juan Pablo II, a través de la famosa Carta “Ogni qualvolta” de 30 de agosto de 1990 dirigida a Paul Josef Cordes, encargado ad personam por el Papa para la relación con el Camino Neocatecumenal, en la que escribió “…reconozco el Camino Neocatecumenal como un itinerario de formación católica, válido para la sociedad y para los tiempos de hoy…”. A lo largo del resto del texto indicaba que a tal afirmación le llevaba el estudio de la documentación de la que había dispuesto que corroboraba la experimentación en el tiempo (“después de más de 20 años de vida de las comunidades”) y la universalidad del lugar (“extendidas en los cinco continentes”), así como la confirmación implícita de tantos pastores y por último del Santo Padre mismo (“también yo en los numerosos encuentros que he tenido como obispo de Roma en las parroquias romanas … he constatado copiosos frutos de conversión personal y fecundo impulso misionero” –algo que fue consecuencia directa de que el Camino llegase a Roma y arraigase allí- y la existencia de líneas programáticas capaces de producir esos frutos, como la praxis catequético-litúrgica instaurada y convalidada en varias diócesis de todo el mundo por sus respectivos Pastores, que consiste en las “líneas propuestas por los iniciadores” que el Santo Padre afirma haber examinado, “habiendo visto la documentación”, y que, por tanto, confirma explícitamente con una palabra clave, “reconozco”, “como fruto del Espíritu Santo, de ese mismo Espíritu que hace germinar en la Iglesia impulsos de una mayor fidelidad al Evangelio, florecer nuevos carismas que manifiestan tales realidades y nuevas instituciones que las ponen en práctica”.
En 2002 fue aprobado ad experimentum el Estatuto del Camino Neocatecumenal, siendo Papa san Juan Pablo II, y en 2008 recibieron la aprobación definitiva siendo papa Benedicto XVI. Carmen Hernández (1930-2016) cofundó con Kiko Argüello el Camino Neocatecumenal, nacido en Madrid en 1964. En la Misa de Corpore insepulto celebrada en la Catedral de la Almudena el 21 de julio de 2016, el propio Kiko dijo “Sin ella el Camino no existiría. Ella nos ha traído la riqueza del Concilio, la Vigilia Pascual. Me ha soportado con paciencia…”, situando de este modo a Carmen en una posición relevante en la Historia de la Iglesia Católica Española y Universal, al vincularla a la puesta en marcha de esta nueva realidad eclesial que, en palabras del propio Kiko, disfrutan hoy aproximadamente millón y medio de personas, distribuidas en unas 30.000 comunidades repartidas en 6.800 parroquias de 128 naciones, habiéndose fundado ya entonces 107 Seminarios Redemptoris Mater. Cifras aparte, el Camino Neocatecumenal es el primer catecumenado post-bautismal de validez universal aprobado por la Santa Sede. No es un movimiento, sino una iniciación cristiana. Confirma su naturaleza particular – naturaleza por cierto que Carmen peleó desde el principio incluso ante los Papas en el sentido de dejar claro que no se trataba de un movimiento más- el hecho de que para elaborar sus estatutos hubieron de intervenir cinco dicasterios, a saber: Pontificio Consejo para los Laicos, Congregación para la Doctrina de la Fe, Congregación para el Culto Divino, Congregación para el Clero y la Catequesis y Congregación para la Educación Católica. A esta singularidad hay que añadir la subrayada por el padre Mario Pezzi al finalizar el funeral, al decir que hasta dónde él tenía conocimiento, era la primera vez en la Historia de la Iglesia que un carisma era llevado adelante por Dios a través de un hombre y una mujer laicos y célibes.
Y para terminar, Obispos de la Republica dominicana dieron conocer las declaraciones del Papa Francisco sobre el Camino expresadas durante la visita ad limina de los obispos dominicanos el 28 de mayo de 2015 y dadas a conocer por Mons. Ramón Benito de la Rosa y Carpio, arzobispo emérito de Santiago de los Caballeros, que pidió la autorización al presidente de la Conferencia Episcopal de la República Dominicana para divulgar dichas declaraciones del Papa sobre el Camino Neocatecumenal http://www.camminoneocatecumenale.it/new/evento.asp?lang=es&id=237. También el Santo Padre, en una carta personal a Pilar Antelo, responsable del Camino in Argentina, autorizó la divulgación de sus afirmaciones. Dijo entre otras cosas:
“El Camino Neocatecumenal es cosa del Espíritu Santo en su Iglesia. Por tanto, les exhorto vivamente que sostengan, alienten y den seguimiento a esta iniciación cristiana. Valoro muy positivamente la dimensión misionera de las Comunidades. Este año acabo de enviar más de cien familias a países donde no existe o es escasa la presencia de la Iglesia. Sobre los Seminarios Redemptoris Mater, digo lo siguiente: ¿Qué sería de la diócesis de Roma –aquella a la que de manera fortuita llegó el Camino en 1968- sin él? Acabo de ordenar 16 sacerdotes y 13 eran del Camino Neocatecumenal. Saquen ustedes las conclusiones. El Camino Neocatecumenal ha restaurado en la Iglesia la Noche Pascual, que es el centro de la vida cristiana. El Camino Neocatecumenal es el que más sabe sobre la Iniciación Cristiana. Consulten y, si es preciso, corrijan a los catequistas, a las comunidades (porque corregir es amar), pero corrijan con los Estatutos en la mano.”
El reciente nombramiento de María Ascensión Romero como miembro del Equipo Responsable Internacional del Camino Neocatecumenal supone el resultado de la aplicación del Estatuto de dicha realidad eclesial, lo que demuestra que dicho documento no es letra muerta. Otro motivo más a celebrar en el gran encuentro que el Camino Neocatecumenal prepara para celebrar junto con el Papa Francisco los 50 años del Camino Neocatecumenal en Roma, a realizar en Tor Vergata, a las afueras de Roma, el 5 de mayo de 2018, lo más próximo que se ha podido a la fiesta de la Virgen de Pompeya, que se celebra al 8 de mayo. A buen seguro que será un Nuevo Pentecostés para la Nueva Evangelización.
Leer la 1ª parte del artículo

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ZENIT Staff

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