(ZENIT – 11 nov. 2019).- El Papa Francisco animó a proseguir en «el camino de la solidaridad generosa y a trabajar por el retorno de la economía y de la finanza a un enfoque ético que favorezca a los seres humanos».
Hoy, 11 de noviembre de 2019, el Santo Padre ha recibido en audiencia a los miembros del Consejo para un capitalismo inclusivo.
Consejo para un capitalismo inclusivo
Este consejo, indica Vatican News, constituye uno de los resultados del Fortune – Time Global Forum de 2016, que asume el reto de reducir la brecha que separa a la mayoría de las personas de la prosperidad de la que pocos disfrutan.
En su discurso, Francisco recordó que hace tres años recibió a los participantes en aquel encuentro y que, en un mundo en la pobreza aumenta a nivel mundial y prevalece la desigualdad, es urgente aspirar a un sistema económico justo, capaz de responder a los desafíos más radicales a los que se enfrentan la humanidad y el planeta.
Promoción de las personas
Por otro lado, de acuerdo a la misma fuente, el Pontífice señaló que la actividad empresarial es un actor fundamental del servicio al bien común, sobre todo si supone la creación de puestos de trabajos.
No obstante, matizó que, como apuntaba san Pablo VI, no ha de estar limitado a proporcionar exclusivamente el crecimiento económico, sino que ha de favorecer la promoción de «cada hombre y de todo el hombre”.
Para el Papa esto significa mucho más que «equilibrar los presupuestos, mejorar las infraestructuras u ofrecer una mayor variedad de bienes de consumo», supone una conversión para fortalecer los modelos económicos basados en nuestra generosidad hacia los necesitados.
Sistema económico ético
“Un sistema económico sin preocupaciones éticas no conduce a un orden social más justo, sino a una cultura ‘usa y tira’ de los consumos y de los residuos. Por el contrario, cuando reconocemos la dimensión moral de la vida económica, que es uno de los muchos aspectos de la doctrina social de la Iglesia que debe ser plenamente respetada, somos capaces de actuar con caridad fraterna, deseando, buscando y protegiendo el bien de los demás y su desarrollo integral”, explicó.
El Obispo de Roma se refirió a que los esfuerzos de este Consejo rememoran también el llamado a servir al bien común tratando de aumentar los bienes de este mundo y de hacerlos más accesibles para todos.
“Ser más”
“En última instancia, no se trata simplemente de ‘tener más’, sino de ‘ser más’. Lo que se necesita es una profunda renovación de los corazones y de las mentes para que la persona humana pueda estar siempre en el centro de la vida social, cultural y económica”, apuntó.
Por último, el Santo Padre expresó a los presentes que «su presencia aquí es, por tanto, un signo de esperanza» y les transmitió su gratitud por el compromiso de promover una economía más justa y humana para construir un mundo mejor, considerando a toda la persona y a las generaciones futuras porque un capitalismo inclusivo, que no descarta a nadie, es una aspiración noble, digna de esfuerzos.