(zenit – 20 feb. 2020).- “El Congreso ha sido renovar mi ‘sí’ vocacional a Dios”, comparte María José Aguilar Mateos, joven española, misionera de la Comunidad Católica Shalom, participó en el Congreso de Laicos 2020, celebrado en Madrid, del 14 al 16 de febrero, como parte del grupo diocesano de Granada.
El evento reunió más de 2.000 personas de parroquias, movimientos, asociaciones y congregaciones que trabajan en el ámbito de las diócesis de toda España, acompañadas por 70 obispos.
La andaluza opina que “todos los laicos deberíamos llevar en el corazón esta oración ‘Sí Señor, nos has llamado y aquí estamos. Gracias por habernos elegido’”, y relata que gracias al Congreso “le ha quedado claro” que todos los laicos comparten misión y desafíos, “se pertenezca a movimiento o grupo, o al ámbito parroquial que desde luego es el hogar y punto de referencia por excelencia de los laicos”.
Revitalizando la nueva Evangelización
Aguilar Mateos ha testimoniado a zenit que como misionera de la Comunidad cree que desde su carisma misionero y laico, como nueva forma de vida consagrada en el marco de la Iglesia en España, forman parte de este proceso que el Espíritu Santo está infundiendo en la Iglesia a nivel nacional y diocesano.
La joven laica ha expresado que esto significa “ser hombres y mujeres consagrados a Dios y dedicados a la evangelización, a vivir constantemente ese estar en salida, revitalizando y contribuyendo a la nueva evangelización en nuestro país con nuevos métodos y formas para hacer llegar el Evangelio especialmente a los jóvenes y a los pobres, y con ellos a toda la sociedad”.
El Papa Francisco escribió un mensaje dirigido a los participantes en el Congreso: Este evento tiene lugar en Madrid, España, del 14 al 16 de febrero bajo el lema “Pueblo de Dios en salida”.“Es la hora de ustedes, de hombres y mujeres comprometidos en el mundo de la cultura, de la política, de la industria… que con su modo de vivir sean capaces de llevar la novedad y la alegría del Evangelio allá donde estén”.
A continuación, pueden leer la entrevista completa que zenit ha realizado a María José Aguilar.
***
zenit: Personalmente, ¿cómo has vivido el encuentro?
María José Aguilar: Para mí, tener la oportunidad de participar en este Congreso de Laicos ha sido una prueba más de la providencia de Dios en mi vida por poder formar parte de esta forma de un momento histórico en la Iglesia en España que atañe e incumbe a todos los laicos.
Lo he vivido con mucha alegría e interés. Primero la alegría de compartir con el resto de compañeros que hemos formado parte del grupo de diocesano de Granada, de vivirlo en fraternidad y comunión con todos junto a nuestro arzobispo. Y una vez allí, como Iglesia granadina poder sumarse a toda la Iglesia en España representada por distintos movimientos, grupos, asociaciones y parroquias de todo el país. Todos con un único espíritu y como un solo cuerpo.
He vivido con mucho interés las temáticas y líneas de trabajo, imposibles de abordar por su cantidad pero todas interesantes y de total actualidad en la vida cotidiana y ciudadana del siglo XXI, terreno de misión por excelencia de los laicos. Este Congreso no es algo ambiguo ni abstracto sino algo cuyo objetivo es tener aplicación directa en la realidad de cada diócesis particular revitalizando y motivando realmente a esta salida del pueblo de Dios hacia aquellos que están alejados o no lo conocen.
zenit: ¿Cómo ha sido la participación de la Comunidad Católica de Shalom?
María José Aguilar: La participación de la Comunidad en el Congreso ha sido dentro del grupo diocesano de Granada. Se ha participado desde la Comunidad activamente tanto en la etapa del pre-Congreso como en la preparación del Congreso y así será también en la etapa que vendrá a continuación.
Como misionera de la Comunidad creo que desde nuestro carisma misionero y laico, como nueva forma de vida consagrada en el marco de la Iglesia en España, formamos parte de este proceso que el Espíritu Santo está infundiendo en la iglesia a nivel nacional y diocesano de ser hombres y mujeres consagrados a Dios y dedicados a la evangelización, a vivir constantemente ese estar en salida, revitalizando y contribuyendo a la nueva evangelización en nuestro país con nuevos métodos y formas para hacer llegar el Evangelio especialmente a los jóvenes y a los pobres, y con ellos a toda la sociedad.
El carisma Shalom, nacido en medio de los jóvenes y con los jóvenes, es una respuesta suscitada por el Espíritu para los desafíos de la evangelización en el mundo y en este caso en nuestro país, contribuyendo con aquello que Dios nos da como vocación especifica para, formando parte del mismo cuerpo que es la Iglesia, llegar a todos aquellos que no conocen el amor de Dios. También, como toda vocación específica en la Iglesia, la Comunidad pienso que puede ser respuesta a las inquietudes vocacionales del laicado que se sienten llamados a una vida totalmente entregada a Dios como discípulos de Jesucristo en el siglo XXI.
zenit: ¿Qué te llevas a casa después de este Congreso?
María José Aguilar: Principalmente me llevo el fortalecimiento de mi vocación laical. Una conciencia más clara de nuestra elección como laicos por voluntad de Dios y la misión que comporta eso en la vida. En el Congreso se decía que no somos laicos por defecto, no somos laicos porque Dios no nos llamó a otra cosa, ser laico es una llamada y vocación propia en el seno de la Iglesia. Somos aquellos con los que Dios quiere dar sabor al mundo e iluminarlo, no por nuestros méritos sino por su gracia.
Me llevo la comprensión de lo rica y extensa que son las áreas y los campos de evangelización en la vida laical, la disposición al anuncio del Evangelio hay que llevarla cada día en el corazón y los labios desde que te levantas hasta que te acuestas. En el barrio, con los vecinos, en el trabajo, con la familia, en aquellos que nos encontramos, en todo momento el mundo necesita sal y luz.
También destacaría la sensación de saber que no estamos solos, a veces los laicos en los desafíos en ambientes cerrados a Dios nos sentimos solos. Gracias al Congreso me ha quedado claro que todos los laicos compartimos misión y desafíos, se pertenezca a movimiento o grupo, o al ámbito parroquial que desde luego es el hogar y punto de referencia por excelencia de los laicos.
Concluyo destacando que este Congreso también me ha motivado a pasar a la acción, en realmente dejarse renovar y transformar por el Espíritu, dejarse convertir, para que se lleguen a propuestas y proyectos concretos en el ámbito diocesano e incluso nacional que realmente hagan visible en España que el pueblo de Dios está en salida como Él quiere.
El Congreso ha sido renovar mi “sí” vocacional a Dios. Y creo que todos los laicos deberíamos llevar en el corazón esta oración “Sí Señor, nos has llamado y aquí estamos. Gracias por habernos elegido”.
zenit: ¿Cuál es la asignatura pendiente de los laicos en la Iglesia?
María José Aguilar: Despertar a la misión concreta en el día a día, la responsabilidad con la propia formación en la Doctrina Social de la Iglesia por ejemplo, entre otras cosas, y potenciar la unión, la comunión y el trabajo común entre los distintos grupos, movimientos, asociaciones y parroquias que en muchos casos no nos conocemos.
En la ponencia final del Congreso se decía: “Los laicos somos protagonistas de una película de acción, no actores secundarios”. Pues eso, creerse y tomar el protagonismo que tenemos, no por reconocimiento humano, sino por amor a Dios que cuenta con nosotros y quiere hacer una obra a través de cada uno de nosotros en el mundo.
zenit: Después de haber participado en el Congreso, ¿cuál crees que es la misión de los laicos en la Iglesia?
María José Aguilar: En general, diría que nuestra cometido es la misión y el anuncio explícito de Cristo en todo lo que tiene que ver con los ambientes seculares de la vida cotidiana del siglo XXI. Nuestros prójimos son especialmente los más heridos, los más alejados, los que viven en el desconocimiento de Jesucristo. En el mundo de hoy para ver estas heridas, estos sufrimientos hay que tener una mirada de misericordia sobre el mundo que adolece y en que proliferan nuevas formas de pobreza incluso entre la riqueza, la seguridad y el bienestar material.
Para esta misión vital y central de la Iglesia a través del laicado necesitamos también tener una sólida vida de oración y una conversión constante a partir de la salvación de Dios experimentada en nuestra propia vida.
Antes de anunciar a otros el amor de Dios y que Cristo es la Salvación del mundo yo tengo que haber experimentado en mi vida como cristiano de donde Dios me sacó, de aquellas cosas que me salvó y transformó mi vida y desde ahí con muchísima alegría hacer participes a otros de esa esperanza. Con Dios es posible ser feliz, es posible ser santos, es posible una vida nueva. Haber tenido una experiencia personal con Cristo es lo que da fuerza y verdad a la evangelización, no el proselitismo, ni la brillante oratoria. Desde luego el que tenga el don de la buena oratoria ¡que lo use también! poniéndolo a disposición del Evangelio.
zenit: “Pueblo de Dios en salida” ha sido el lema del encuentro. ¿Este congreso supone, de alguna manera, un punto de partida? ¿En qué sentido?
María José Aguilar: Yo diría, más que un punto de partida, un replanteamiento, un pararse a reflexionar con humildad. Donde estamos, qué hemos hecho hasta ahora, luces y sombras, cuales son las necesidades del mundo y como vamos como Iglesia a dar respuesta a los sufrimientos, necesidades y anhelos de la sociedad, en esta caso española, actual que busca sin saber y sufre por no conocer a Dios. Yo creo que el proceso sinodal que se está llevando a cabo en sus distintas etapas será sin duda un punto de partida de nuevas iniciativas que contribuirán a renovar, fortalecer y construir una nueva primavera en la Iglesia.