(zenit – 15 mayo 2020).- “Mientras las comunidades nativas continúan sufriendo en gran medida por la epidemia de COVID-19 (…)”, “nos preocupamos por nuestros lazos estrechos con las comunidades nativas a través de nuestras parroquias, misiones y escuelas católicas”.
Varios obispos de la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos (USCCB) difunden una declaración en solidaridad con las comunidades nativas e indígenas que se ven desproporcionadamente afectadas por el coronavirus.
En concreto, los prelados son Mons. Shelton J. Fabre, obispo de la diócesis de Houma-Thibodaux y presidente del Comité ad hoc Contra el Racismo; Mons. Paul S. Coakley, arzobispo de Oklahoma y presidente del Comité de Justicia Doméstica y Desarrollo Humano de la USCCB; y Mons. James S. Wall, obispo de Gallup y presidente del Subcomité de Asuntos de los Nativos Americanos de la USCCB.
Caminos de esperanza
La Iglesia “está desarrollando formas de aprovechar sus raíces profundas en la persona de Jesús, para promover la fuerza, la caridad y el apoyo para aquellos que están enfermos y aquellos que han muerto”, señalan los pastores.
Y expresan de nuevo “nuestro profundo deseo de desarrollar caminos de esperanza. Estamos desconsolados por los informes de que las comunidades nativas e indígenas en este país sufren la pandemia de Covid-19 a tasas desproporcionadamente altas y están preocupados por la falta de recursos suficientes para responder a la crisis”.
Además, se muestran especialmente atentos a la población Navajo “donde las personas están infectadas con el coronavirus con las tasas más altas del país” y recuerdan en oración “a nuestros hermanos y hermanas que sufren en estas comunidades y les pedimos una respuesta contundente a la pandemia en sus tierras”.
Necesidades sanitarias
Los obispos señalan que el virus ha exacerbado “las disparidades en materia de salud y las desigualdades sociales” que enfrentan estas comunidades y que la “financiación adecuada” ha sido durante mucho tiempo “un desafío” para el Servicio de Salud Indígena (IHS), agencia federal dentro del Departamento de Salud y Servicios Humanos de Estados Unidos.
Al mismo tiempo, consideran que el IHS tiene “escasez de personal médico y camas de hospital” y esperan que la reciente confirmación por parte del Senado estadounidense de un director para el Servicio de Salud Indígena “afirme el reconocimiento de la necesidad de un firme defensor de las necesidades de salud de las comunidades tribales”.
También apuntan que es positivo que se hayan asignado “recursos adicionales en la legislación reciente, y es esencial que estos fondos lleguen a sus destinatarios lo antes posible”.
Proteger vida y dignidad de las comunidades
Finalmente, imploran a legisladores y funcionarios gubernamentales a que protejan “la vida y la dignidad de los pueblos indígenas y nativos trabajando con los dirigentes tribales para garantizar un apoyo firme y amplios recursos para proteger a sus comunidades, incluidos recursos para responder adecuadamente a las grandes poblaciones nativas que viven en zonas urbanas y recursos destinados a abordar las condiciones médicas subyacentes que aumentan la amenaza de la COVID-19 para las poblaciones nativas”.
En Estados Unidos hay más de 1.5 millones de casos de coronavirus con más de 86.000 muertes. Según la prensa, los latinos, los nativos y las poblaciones indígenas son los más expuestos, informa la agencia Fides.