Oración © Cathopic/Exe Lobaiza

Píldoras de esperanza: ¡Señor Jesús, que me conozca a mí y que te conozca a ti!

Lunes de la VI Semana de Pascua

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Reflexión de los Evangelios diarios

Invocamos al Espíritu Santo

Hoy te pido, Espíritu Santo, que vengas a mi vida y que traigas tu paz, pues mi corazón necesita estar atento a lo que quieres decirme para entender la Palabra de Dios. Amén.

Evangelio según San Juan 15, 26-27.16, 1-4a

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Cuando venga el Paráclito que yo les enviaré desde el Padre, el Espíritu de la Verdad que proviene del Padre, él dará testimonio de mí.

Y ustedes también dan testimonio, porque están conmigo desde el principio. Les he dicho esto para que no se escandalicen.

Serán echados de las sinagogas, más aún, llegará la hora en que los mismos que les den muerte pensarán que tributan culto a Dios. Y los tratarán así porque no han conocido ni al Padre ni a mí. Les he advertido esto para que cuando llegue esa hora, recuerden que ya lo había dicho”.

Palabra del Señor

¿Qué dice el texto?

“Y ustedes también dan testimonio, porque están conmigo desde el principio”.

“Y los tratarán así porque no han conocido ni al Padre ni a mí”.

¿Qué nos dice hoy a nosotros Dios a través del texto?

Esta semana la Iglesia se prepara para dos acontecimientos importantes. El primero es la Ascensión del Señor y a la siguiente semana la venida del Espíritu Santo. Por eso los textos del Evangelio de estos días nos preparan para ello.

Al inicio, Jesús nos habla de que enviará desde el Padre al Espíritu Santo (en esta traducción se le llama con su nombre en griego, luego latín traducido: Paráclito, que quiere decir “abogado”, “intercesor” y también “aquél que consuela”), ya que será el Espíritu Santo quien dará testimonio de Jesús, y afirma que también los discípulos dan testimonio de Jesús, porque están con el desde el principio. Lo interesante es que aquellos que están desde el principio, serán expulsados de las comunidades a las que pertenecen, por estar unidos a Jesús.

Y es bueno que nosotros nos preguntemos si en verdad estamos con Jesús “en las buenas y en las malas”. Porque en muchas oportunidades nos sentimos bien y nada interfiere nuestra relación cotidiana con Jesús. Pero llegan los momentos de prueba, como los que estamos pasando en estos días con el cuidado de la salud y los contagios. Y es cuando no queremos estar con Jesús y tal vez hasta renegamos.

Por momentos, cuando nuestras situaciones personales cambian tan repentinamente, hasta podemos renegar de los otros que se mantienen firmes en la fe. De esta manera hasta nos volvemos jueces de los demás. Es entonces donde podríamos decir que la frase de Jesús se nos aplica cuando dice: “los tratarán así porque no me han conocido a mí ni a mi Padre”.

¿Por dónde están tus sentimientos el día de hoy? ¿Estás cerca del Señor? ¿Permaneces en Él? ¿Cuáles son las situaciones internas o externas que a veces te obstaculizan estar con Jesús?

Hoy te sugiero que identifiques estas situaciones. Que aún las cosas más adversas que nos toque vivir, nos lleven a no perdernos de lo central que es estar con Él y en Él. Recuerda que la vida también es una especie de carrera de obstáculos, pero hay que llegar al final. Te animo a que repitas con esperanza una oración atribuida a san Agustín. Hazlo varias veces y pídele al Señor la gracia de conocerlo a Él y así conocerte a ti mismo:

¡Señor Jesús, que me conozca a mí y que te conozca a ti!

Te invito a conocer más de nuestro trabajo diario sobre la Lectura Orante de la Biblia

 

 

 

 

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Ricardo Grzona

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