Me alegra encontrarme de nuevo con ustedes, quienes integran la Academia Sueca. Agradezco al presidente su presentación, especialmente por poner la palabra “diálogo” en el centro.
Los obispos discutieron el borrador de una declaración que pretende ser una reflexión sobre la belleza transformadora de la Eucaristía que invita a cada uno de a una relación más profunda con Cristo.