Cardenal Béchara Boutros Raï del Líbano. Foto: Extraída de video

Líbano: “Estamos perdiendo a nuestro pueblo con una hemorragia migratoria”, dice el Patriarca maronita

La comunidad cristiana, la más cualificada pero también la menos apoyada económicamente, es la que más sufre. Los hospitales y escuelas católicas, sin ayuda del gobierno, han cerrado o están cerrando. ACS, con muy pocas otras organizaciones benéficas, hará todo lo posible para evitar que esto suceda”, concluye Monteduro.

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(ZENIT Noticias / Beirut, 07.04.2022).- Una delegación de Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACS) se encuentra actualmente en el Líbano. El propósito del viaje es doble: expresar solidaridad y cercanía con la comunidad cristiana local y hacer un balance de las múltiples necesidades que precisan ser atendidas con urgencia. La delegación se reunió con el Cardenal Béchara Boutros Raï, Patriarca de Antioquía de los Maronitas, quien agradeció a la Organización, y en particular a todos los donantes, el apoyo brindado a la población cristiana libanesa.

«Me gustaría dirigir una palabra de agradecimiento a todos los benefactores y a todas las benefactoras que a través de Ayuda a la Iglesia Necesitada ayudan en varios lugares, no sólo en el Líbano y Oriente Medio. Sé [de hecho] que ACS está presente en todas partes». Los donantes, continuó el cardenal, “están apoyando al Líbano, al pueblo libanés. Todos ustedes han visto en qué situación se encuentra, por desgracia. Este no es el pueblo libanés de antes. Los libaneses vivían con dignidad, no eran una carga para nadie, y lamento que nuestros políticos en el Líbano hayan convertido a nuestra gente en pobres, mendigos. Esta -continúa el Patriarca- no es la dignidad de nuestro pueblo, de hecho los libaneses han acogido, no han cerrado las fronteras. En 1948 acogieron a los refugiados palestinos, y el Patriarca de la época envió una circular a todos los conventos, a todos los colegios, a todas las universidades que dependían de la Iglesia maronita, diciéndoles: abrid las puertas, que estos son hermanos en la desgracia, que debes acoger. El millón y medio de [refugiados] sirios están ahora entre nosotros. Nadie ha cerrado las fronteras, en perjuicio de los libaneses que viven en la pobreza. Ahora hay dos millones de refugiados. Estamos perdiendo a nuestra gente con una hemorragia migratoria. Hemos perdido, y perdemos todos los días, a los mejores médicos, a los mejores profesores universitarios, a los mejores ingenieros, a los mejores [operadores] financieros porque con la devaluación de la libra libanesa frente al dólar, los salarios se han convertido en nada. Un dólar valía, hace un año y medio, 1.500 libras libanesas, ahora [vale] 25.000”, entonces, prosigue el cardenal, “emigran los que pueden emigrar”. Digo esto para resaltar lo que están haciendo los queridos bienhechores y bienhechoras. Es una gran cosa lo que estás haciendo. Es cierto que no resuelve el «problema» del Líbano [porque] el Estado es responsable del problema económico, pero bienhechores y benefactoras demuestran fraternidad, solidaridad, comunión y cercanía. Los libaneses, se lo aseguro, les están muy agradecidos por todo lo que hacen. Así que en nombre de todos [los libaneses] os doy las gracias de todo corazón», concluye el cardenal Raï.

Como la crisis financiera y política del país no parece terminar, muchos libaneses dependen de la ayuda externa. La fundación pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada gestiona muchos proyectos en Líbano, que sigue siendo el país con mayor porcentaje de cristianos en Oriente Medio. Dichos proyectos incluyen el apoyo a las congregaciones religiosas en su servicio pastoral y social, el suministro de paquetes de alimentos para familias particularmente vulnerables, el apoyo financiero para maestros de escuelas cristianas, así como el pago de matrículas escolares para algunos de los estudiantes más pobres. En 2021, ACS gestionó más de 100 iniciativas en Líbano, aportando más de 5,4 millones de euros de financiación.

Según Alessandro Monteduro, director de ACS-Italia que se reunió personalmente con el Patriarca , «la debida atención que desde hace 43 días dedicamos al indecible sufrimiento del pueblo ucraniano no debe distraernos, sobre todo en la denuncia, de otras dramáticas realidades presentes en diferentes zonas del mundo. El Líbano que estoy visitando está literalmente hambriento. Y, como ya hemos vivido en Irak y Siria, la comunidad cristiana, la más cualificada pero también la menos apoyada económicamente, es la que más sufre. Los hospitales y escuelas católicas, sin ayuda del gobierno, han cerrado o están cerrando. ACS, con muy pocas otras organizaciones benéficas, hará todo lo posible para evitar que esto suceda”, concluye Monteduro.

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Redacción Zenit

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