Fray Cyriaque Moun, de los Padres Blancos de Malí

La situación actual de la iglesia en Malí referida en una amena entrevista con un sacerdote del país

Persecuciones contra cristianos y luego una tremenda crisis social y económica que derivó en un golpe de estado. ¿Cómo se encuentra el país, la iglesia y la relación entre católicos y musulmanes? De eso trata esta entrevista.

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(ZENIT Noticias / Malí, 20.05.2022).- Malí es un país africano de 20 millones de habitantes. Un 80% de ellos son musulmanes y el resto cristianos, en su mayoría católicos. Fue también uno de los países noticia por las constantes persecuciones de cristianos. Y por la crisis social y económica en que vivía  hasta que en 2020 hubo un golpe de estado que técnicamente le aisló. ¿Cuál es la situación actual del país? De eso nos habla fray Cyriaque Moun, de los Padres Blancos de Malí, en esta entrevista.

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Tras el golpe de Estado del 18 de agosto de 2020, ¿cuál ha sido la situación económica y el tema de la seguridad nacional en Malí?

Respuesta: Desde el golpe de Estado de agosto de 2020 la situación económica se complicó por las razones siguientes: primero, los países de la región, que se llaman CDAO, y los países francófonos del África del Oeste, se reunieron e hicieron un embargo a Malí. Eso significa que han cerrado todas las puertas y todas las fronteras de estos países con Malí. Han suspendido toda ayuda financiera extranjera y todos los bienes de Malí en los bancos centrales de África del Oeste. La idea era hacer sufrir a los malienses y hacer presión a la autoridad y a los militares para que organicen lo más pronto posible una elección nacional para elegir un presidente democráticamente. Pero lo que pasó con esta suspensión y embargo es que muchos de los países africanos se comportan de una manera muy compasiva con el pueblo maliense. Eso significa que muchos de los países rechazaron el cerrar sus fronteras con Malí diciéndonos que todos somos hermanos y hermanas. Esta solidaridad de los pueblos África del Oeste nos ha ayudado a sobrevivir, es decir, a vivir todavía económicamente con dignidad.

Los líderes de la región pensaban que en dos o en tres semanas íbamos a obedecer sus órdenes, pero sucedió lo contrario. Hicieron el embargo en enero del año 2022 y hasta hoy la situación económica de mi país no ha cambiado mucho.

Por otra parte está la situación de la seguridad nacional en mi país. Al respecto puedo decir que se ha mejorado de una manera extraordinaria, porque después del golpe de Estado los militares han tomado la responsabilidad en sus manos. Los militares extranjeros tienen menos responsabilidad que los militares malienses; eso es lo que queremos, porque el punto es ese. Es mejor preparar a la gente del país a defenderse que importar a los extranjeros que vienen a defendernos. Un extranjero puede venir y defendernos durante uno, dos o tres años, pero después se va a retirar, y se quedan los malienses. Entonces, con los militares malienses la situación ha mejorado de una manera extraordinaria. Van a los ranchos más alejados y van a los pueblos a defender a la gente. Con los militares malienses, las poblaciones se sienten más con seguridad y más tranquilas, puesto que la diferencia es muy grande.

En tres o cuatro meses los militares malienses han hecho mucho para mejorar la seguridad en mi país, es más de lo que hicieron los militares extranjeros en ocho años. Es una realidad ratificada.

Yo hablo con mis hermanos, con algunos obispos en mi país casi todos los días. Por ende, yo no escucho solamente las noticias extranjeras en la televisión, yo hablo directamente con las personas que viven las realidades concretamente. De ahí que doy gracias a Dios y me siento más tranquilo que se ha mejorado mucho la seguridad en mi país.

Entonces, el golpe de Estado de los militares ha traído algo muy positivo, porque sin la seguridad no podemos tener desarrollo, ya sea desarrollo humano, económico o social, todo eso depende de la seguridad y ahora estamos logrando una mejor seguridad. Fue una de las razones principales que los militares hayan hecho el golpe de Estado, porque la inseguridad en mi país se volvía peor.

Actualmente, ¿cómo es la persecución de los cristianos en Malí, cada cuánto tiempo se oyen noticias de asesinatos y secuestros? ¿Son muchas las víctimas? ¿A quién se ataca más: hombres o también mujeres y niños?

Respuesta: La persecución de los cristianos en Malí ha cambiado para bien. Antes, especialmente después del asesinato de Gadafi o con el problema en Irak, había empeorado la situación de la persecución de los cristianos porque hay algo muy importante a saber: en Malí tenemos una religión musulmana más tolerante y más fraterna que en otros países árabes, como Libia, Irak y Argelia. Entonces, antes de la llegada de esos extremistas de otros países, nosotros los cristianos católicos y los musulmanes vivíamos en un ambiente muy fraterno, más tolerante. Así que hace algunos años, cuando llegaron esas personas, podíamos oír sobre persecución casi cada día y cada semana. Hubo pueblos quemados y hubo ranchos quemados completamente por los extremistas, pero desde el Golpe de Estado hubo un cambio. Los malienses hemos aprendido a vivir juntos y que no debemos perder esta cultura de tolerancia y de fraternidad.

Después de esta persecución a los cristianos, los cristianos católicos y los musulmanes han aprendido y descubierto el valor de esta coexistencia y la cultura de vivir juntos en la diferencia. Entonces, el golpe de Estado nos ha traído más unidad.

Se debe saber que casi el 90% de las familias en Malí son musulmanes y cristianos, o son personas que practican la religión tradicional. Por lo tanto, en las familias malienses hay personas que practican diferentes religiones.

Más que nunca este problema de embargo y de suspensión de Malí ha enseñado a los malienses a ser más unidos y vivir de una manera concreta la fraternidad humana, vivir como hermanos y hermanas con la diferencia de religión y de fe. No es una opción, es una necesidad que hemos visto.

El número de secuestros y de persecución ha disminuido. Claro, todavía existe. Pero no como antes. Hubo menos casos de secuestros de niños, porque los niños son inocentes. Las victimas principales son las mujeres y los hombres adultos, especialmente los responsables religiosos, es decir, sacerdotes, monjas y religiosas. Por ejemplo, hubo una hermana religiosa de Colombia que vivía en Malí, fue secuestrada por casi seis años, pero gracias a Dios está libre hoy. Entonces, muchas veces hubo sacerdotes secuestrados, sin embargo, después de uno, dos o tres meses los liberaron. Muchas veces no matan cuando secuestran a personas. Secuestran también a las personas que tienen autoridad en el gobierno, o también a los que son ricos, o bien, a las personas extranjeras, en esas situaciones es para pedir dinero.

Aunque ha mejorado la situación todavía hay persecución, sin embargo, hay que afirmar que en cada religión hay extremistas. En la religión católica hay extremistas, pues hay personas que piensan que el catolicismo es lo mejor, y que todos deben convertirse en esta religión. De la misma manera hay extremistas en la religión musulmana que para ellos es peor, porque los extremistas musulmanes piensan convertir a la gente con amenaza de muerte, esa es la diferencia.

Cuando algún cristiano ha sido secuestrado, ¿cuáles son las esperanzas de que vuelva con vida? Y, ¿cómo actúan las autoridades ante el secuestro? Es decir, si le dan importancia al secuestro y mueven todos sus recursos disponibles o simplemente dejan que el caso pierda vigencia. 

Respuesta: Esta pregunta es muy interesante. Como yo ya había dicho antes, muchos de los sacerdotes, incluso amigos míos y conocidos, que fueron secuestrados y les liberaron después de un mes o algunos meses. Como es el caso de la religiosa colombiana, ella fue secuestrada por cinco años y, ¿por qué la guardaron? Porque ella es enfermera. Entonces, la guardaron para que cuidara a las demás personas secuestradas. Ella fue la persona que atendía a las personas en el nivel médico. Pero la buena noticia es que regresó esta hermana con buena salud, y aún ella está con vida. Los sacerdotes y los políticos lo mismo. En cambio, con las personas ricas, muchas veces cuando la familia rechaza dar algo para liberar a una persona, a veces le matan, pero no son muchas personas que son asesinadas.

En el caso que sea un católico o un musulmán, o bien, sea un sacerdote o una religiosa, el gobierno y la autoridad civil siempre se implican de una manera muy responsable y activa para la liberación de estas personas. De una manera diplomática y a veces económica, la autoridad civil o el gobierno hacen siempre todo para la liberación de la persona secuestrada para que regresen con vida. Eso debemos felicitar al gobierno y a la autoridad maliense por su comprensión, por el amor y ese servicio que tienen por los malienses, ya sean musulmanes o católicos.

¿Cómo se lleva a cabo el apoyo a las mujeres que abandonan el Islam y se convierten al cristianismo? ¿Se les da alguna ayuda para conseguir empleo, apoyo alimenticio, asilo en la Iglesia, etc.?

Respuesta: Malí es un país laico, es un país donde los musulmanes y católicos viven en armonía, junto con aquellas personas que practican la religión tradicional; es parte de nosotros los malienses y de nuestra cultura. Entonces, en ese sentido hay cristianos que abandonan el cristianismo para ser musulmanes, pero también hay musulmanes que abandonan el Islam y se convierten al cristianismo y, según mi experiencia, no tenemos mucho problema en este sentido. Siempre las mujeres que abandonan la religión musulmana y se convierten al cristianismo no son víctimas de una agresión física, de un comportamiento de odio de la parte de los musulmanes. Por eso yo decía que en Mali, desde hace siglos se practica una religión musulmana más tolerante y más fraterna que en otros países. Consecuentemente, las mujeres de los hombres que abandonan su religión para pasar a otra religión no son víctimas de abandono, esto es a causa de esta cultura de fraternidad que tenemos en mi país.

La Iglesia, especialmente la Iglesia Católica, promueve siempre este diálogo de vida, el encuentro entre las personas de diferentes religiones. Esta visión de la Iglesia Católica también facilita mucho promover la paz y esta fraternidad cultural que tenemos en Malí.

¿Cuál es el seguimiento que se da de parte de la Iglesia a las familias que han perdido al padre, a la madre o a los hijos por la persecución? 

Respuesta: Es lógico que no tenemos mucho, pero aquellas familias que han perdido madre y padre en Malí, tenemos en casi cada Diócesis una casa y un proyecto para los huérfanos, y una casa y un proyecto para las viudas. Por ejemplo, en mi Diócesis tenemos una casa muy grande donde recibimos a los huérfanos, ya sean niños o bebés que perdieron a sus papás por la persecución, por una enfermedad, por una razón de la naturaleza o por un accidente. En esa casa de mi Diócesis son ahorita 80 niños, a los cuales la Iglesia les da la educación necesaria y el cuidado necesario para que crezcan en la mejor condición, para que sientan que alguien les está ayudando y para que sientan el cuidado amoroso de Dios.

En las Diócesis, como mencioné, hay también asociaciones de las viudas. Yo personalmente he fundado una asociación de las viudas para cuidar y sensibilizar a las mujeres abandonadas a cultivar la unidad, a vivir en una fraternidad extraordinaria y a apoyarse mutuamente; también se trata de sensibilizar a la sociedad sobre la injusticia hacia las viudas.

Me siento muy orgulloso también de la confederación que en la Iglesia llamamos “Caritas”, que se dedica a la pastoral social. En cada Diócesis, esas casas de huérfanos y de viudas están manejadas por Caritas, lo cual es para decir que la Iglesia Católica hace de este apostolado una prioridad, es decir, la pastoral social.

¿Cómo se desenvuelve la fe de la Iglesia en medio de la persecución? Es decir, se tiene una espiritualidad martirial, hay más unión entre las personas, una gran estima a la celebración Eucarística, vida de oración, etc. 

Respuesta: Claro, en la naturaleza del ser humano cuando hay más problemas, más persecuciones y más retos tiene esta inclinación a acercarse a Dios y de buscar las soluciones en una persona más poderosa. Entonces, es natural que en este tiempo de crisis y de persecución cada Diócesis de Malí, a nivel de la Conferencia Episcopal, se redacte una oración para que la oremos en todas las Iglesias del país, especialmente durante cada celebración eucarística. Te pueden mandar el lunes una de las oraciones de la Diócesis de Mopti, que se encuentra en el norte del país, que es el lugar donde empezó y nació la persecución de los cristianos por parte de los extremistas. Hay una oración especial que hasta hoy oran en todas las celebraciones eucarísticas.

Entonces, toda esta situación difícil inspiró a la comunidad católica a tomar un tiempo, es decir, 20 o 30 minutos, o hasta una hora, todos los días a orar por la paz y la fraternidad en Malí. De hecho, hay un grupo de musulmanes que también hacen lo mismo. En general, en Malí durante el tiempo de persecución hay musulmanes que están orando por la paz, por el cambio y la conversión de los extremistas musulmanes; están orando por la fraternidad en el país.  De la misma manera los católicos lo hacen especialmente durante la celebración eucarística.

Este año fue la peregrinación nacional de la Iglesia Católica en Malí, y hubo participación masiva de los musulmanes en este evento. El gobierno estaba presente durante los tres días de la peregrinación y presente en todas las celebraciones eucarísticas; los católicos se vieron muy amados. Así los llamamos a orar por la paz y por la fraternidad en un país, especialmente en mi país.

Como yo decía también, la Iglesia Católica tiene un instituto que se llama Institut de Formation Islamo-Chrétien, es un lugar donde la Iglesia tiene especialistas musulmanes y católicos, entre ellos sacerdotes y religiosas, que forman a los católicos, a los cristianos y a los musulmanes a promover el encuentro, el diálogo y la paz en el país. De ahí que una prioridad de la Iglesia Católica en Malí sea el apostolado de la justicia y la paz. Mandamos a formar a sacerdotes y religiosos al Instituto para estudiar la justicia y la paz, para que, al volver, formen a las comunidades a vivir y apoyarnos mutuamente.

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Ana Paula Morales

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