El Papa Francisco con una bandera de Nicaragua. Foto: Articulo 66

Papa Francisco rompe el silencio sobre Nicaragua y habla claro desde Plaza San Pedro en Vaticano

Desde 2018 el Papa no se había pronunciado públicamente sobre la situación en Nicaragua. Incluso no se expresó cuando en 2020 el dictador Ortega expulsó al Nuncio.

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(ZENIT Noticias / Ciudad del Vaticano, 21.08.2022).- Al medio día de este domingo 21 de agosto, y luego de haber rezado la oración mariana del Ángelus con los cerca de 12 mil peregrinos congregados en la Plaza de San Pedro del Vaticano, el Papa rompió el silencio prudente que había mantenido con relación a las violaciones de derechos humanos que contra eclesiásticos, monjas y laicos se han venido sucediendo en Nicaragua:

Sigo de cerca, con preocupación y dolor, la situación en Nicaragua, que involucra a personas e instituciones. Quisiera expresar mi convicción y mi esperanza de que, a través de un diálogo abierto y sincero, se puedan seguir encontrando las bases para una coexistencia respetuosa y pacífica. Pidamos al Señor, por intercesión de la Purísima, que inspire en los corazones de todos una voluntad tan concreta.

El último pronunciamiento oficial del Papa sobre la situación en Nicaragua es del 3 de junio de 2018. Por entonces dijo el Papa:

Me uno a mis hermanos obispos de Nicaragua al expresar dolor por las graves violencias, con muertos y heridos, llevadas a cabo por grupos armados para reprimir protestas sociales. Rezo por las víctimas y por sus familiares. La Iglesia está siempre abierta al diálogo pero esto requiere el compromiso activo de respetar la libertad, y, primero de todo, la vida. Rezo para que cese toda violencia y se aseguren las condiciones para la reanudación del diálogo lo antes posible. Os saludo a todos vosotros, peregrinos procedentes de Italia y de diversos países.

Pero ya unos meses antes, el 22 de abril de ese mismo año, el Papa manifestaba preocupación por la situación creada en Nicaragua por la dictadura Ortega-Murillo:

Estoy preocupado por lo que está sucediendo estos días en Nicaragua, donde, después de una protesta social, se han verificado desencuentros que han causado algunas víctimas. Expreso mi cercanía con la oración por este amado país y me uno a los obispos para pedir que cese toda violencia, se evite un derramamiento inútil de sangre y que las cuestiones abiertas se resuelvan pacíficamente; con sentido de responsabilidad.

Ese mismo año 2018, en el discurso de la bendición urbi et orbi del 25 de diciembre el Papa manifestó:

Que delante del Niño Jesús, los habitantes de la querida Nicaragua se redescubran hermanos, para que no prevalezcan las divisiones y las discordias, sino que todos se esfuercen por favorecer la reconciliación y por construir juntos el futuro del país.

La respuesta del dictador Daniel Ortega ha sido sanciones contra la Iglesia: en abril de 2019 logró exiliar del país al obispo auxiliar de Managua, Silvio José Báez Ortega, inicialmente al Vaticano (y desde hace algunos meses en los Estados Unidos). En marzo de 2022 el régimen sandinista expulsó al nuncio del Papa en Nicaragua, quien también era el decano del Cuerpo Diplomático en el país.

Por cuanto se desprende de fuentes consultadas por ZENIT en Nicaragua, el destino próximo del obispo más recientemente secuestrado y ahora en arresto domiciliario en Managua, Mons. Rolando Álvarez, es el exilio o un juicio bajo la dictadura sin garantías de neutralidad.

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Jorge Enrique Mújica

Licenciado en filosofía por el Ateneo Pontificio Regina Apostolorum, de Roma, y “veterano” colaborador de medios impresos y digitales sobre argumentos religiosos y de comunicación. En la cuenta de Twitter: https://twitter.com/web_pastor, habla de Dios e internet y Church and media: evangelidigitalización."

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