(ZENIT Noticias / Mozambique, 07.09.2022).- Un presunto atentado terrorista yihadista ocurrido la noche del martes 6 de septiembre en Chipene, Mozambique, costó la vida a la hermana Maria De Coppi, misionera comboniana italiana de 84 años, natural de Vittorio Veneto, en misión en África desde 1963. Dos misioneras venecianas y otra monja fueron rescatadas. La misión fue incendida. Los dos sacerdotes que lograron escapar son Don Lorenzo Barro y Don Loris Vignadel. La parroquia de Chipene, en la diócesis de Nacala, acoge a los desplazados que huyen de los grupos terroristas islamistas.
“El crecimiento y concentración de organizaciones criminales, la radicalización islámica y el terrorismo yihadista desde octubre de 2017 representan las mayores amenazas para la población, particularmente en la provincia de Cabo Delgado, al norte del país. Ahora hay miles de víctimas de los grupos terroristas locales, en primer lugar al-Sunna wa Jama’a, conocido localmente como al-Shabaab. Se está creando una nueva generación de desplazados internos, ahora más de 800.000, y evidentemente el gobierno es incapaz de controlar las actividades criminales y terroristas islámicas”, comenta Alessandro Monteduro, director de Ayuda a la Iglesia Necesitada – Italia.
“No solo las autoridades civiles, sino también los líderes religiosos deben condenar y aislar la radicalización con mayor determinación. Este 7 de septiembre es el octavo aniversario de la masacre de las Misioneras de María Sor Lucía Pulici, Sor Olga Raschietti y Sor Bernadetta Bogian, ocurrida en Burundi. Ocho años después, los misioneros siguen pagando el tributo de sangre para evangelizar a las naciones africanas. El bárbaro asesinato de la monja italiana Sor Maria De Coppi representa un golpe más para la comunidad cristiana de Mozambique y de toda África”, concluye Monteduro.