El Papa con miembros del Congreso Tomista Internacional. Foto: Vatican Media

Papa Francisco: se ha explotado a santo Tomás de Aquino para decir las cosas que nos parecen

Discurso sin papeles a los participantes en el Congreso Tomistas Internacional.

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(ZENIT Noticias / Ciudad del Vaticano, 22.09.2022).- Por la mañana del jueves 22 de septiembre, en el Palacio Apostólico Vaticano, el Santo Padre Francisco recibió en Audiencia a los participantes en el XI Congreso Tomista Internacional promovido por la Pontificia Academia de Santo Tomás de Aquino y el Instituto Tomista Angelicum sobre el tema «Vetera novis augere. Los recursos de la tradición tomista en el contexto actual», que se celebra en Roma, en la Universidad Pontificia de Santo Tomás de Aquino, del 19 al 24 de septiembre de 2022.

Tras entregar el discurso preparado para la ocasión, el Papa se dirigió a los presentes en la reunión improvisando palabras. Las ofrecemos a continuación en lengua castellana, con encabezados en negrita agregados por ZENIT:

***

[El riesgo de hacer decir a Tomás de Aquino lo que nos parece]

Me gusta este encuentro después de tantos años porque se trata de reflexionar sobre un maestro. A veces, cuando reflexionamos sobre una persona que ha sido creador de escuelas, filosóficas o teológicas, corremos el riesgo de explotar al maestro para decir las cosas que me parecen, y esto ha sucedido con el tomismo. Muchas interpretaciones -estoy pensando en una por ejemplo- de la casuística, del tomismo, que ha sido esclava del pensamiento casuístico. Recuerdo el de un español que escribió tantos libros, un tal Losada, creo que se llamaba así, no recuerdo bien, que inventó el “puncta inflata” para explicar el “continuum metafísico” según Santo Tomás. Así una interpretación de tipo casuístico, de tipo oportunista, menosprecia y ridiculiza el pensamiento del maestro.

[Pasos para explicar el pensamiento de un maestro]

Cuando queremos explicar el pensamiento de un maestro, el primer paso es la contemplación, para ser recibidos en ese pensamiento magisterial. La segunda, tímidamente, es la explicación. Y al final, con mucha cautela, la interpretación, pero esto con mucha cautela. El maestro es genial, el maestro es alguien que enseña en la escuela y que ha creado una escuela. El maestro es aquel que pone en marcha toda una corriente de pensamientos. Nunca uses al maestro para las cosas que pienso, sino pon las cosas que pienso a la luz del maestro, deja que la luz del maestro interprete esto.

[El Sínodo de la Familia y la aportación del Tomismo por medio del cardenal Schönborn]

Permítanme contarles una experiencia de un dominicano. En el Sínodo sobre la familia hubo puntos que no quedaron claros sobre la doctrina católica y también interpretaciones de Santo Tomás que no quedaron claras. En ese momento estábamos realmente en duda porque no podíamos encontrar el camino. Fue un dominico, el cardenal Schönborn, quien nos dio una lección de teología tomista, ¡pero a la altura! -, porque comprendió a Tomás y lo explicó sin utilizarlo, con grandeza. Vivimos aquella experiencia de aquel gran dominico, que fue Secretario de la Congregación para la Doctrina de la Fe. Habría más…, pero quiero mencionar esto. Por un lado, hay muchas interpretaciones que reducen el pensamiento del maestro y luego la experiencia de quien lo abrió: «No, esto es lo que dice Tomás», y probado por lo que dijo. Esto es maravilloso, esto es algo muy grande.

[Antes de hablar de tomismo, contemplar al maestro]

Por eso les pregunto: antes de hablar de Santo Tomás, antes de hablar del tomismo, antes de enseñar, debemos contemplar: contemplar al maestro, comprender más allá del pensamiento intelectual lo que vivió el maestro y lo que el maestro nos quiso decir. La señal es que cuando reduzco la figura de un maestro a la figura de un pensador, estropeo el pensamiento; le quito la fuerza, le quito la vida. Y Santo Tomás fue una luz para el pensamiento de la Iglesia, y hay que defenderlo de todos esos “reduccionismos intelectualistas” que aprisionan la grandeza de su pensamiento magisterial.

Esto es lo que quería decirles, además del discurso que traerá cada uno de ustedes. Pero quería detenerme y decirles esto: es un maestro, no es un intelectual como muchos otros, no, es diferente. Muchas gracias. Y ahora me gustaría daros la bendición y luego saludar a los que queráis saludar. Si alguien no quiere saludar, ¡no lo obligo!

Traducción del original en italiano realizada por el director editorial de ZENIT.

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Redacción Zenit

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