Su Beatitud Sviatoslav Shevchuk hablando con embajadores. Foto: Secretariado del Arzobispo Mayor en Roma

Roma: líder de greco-católicos ucranianos mantiene encuentro con embajadores acreditados ante la Santa Sede

Al menos 30 embajadores acudieron a la cita donde Su Beatitud denunció el uso de armas prohibidas contra la población y los objetivos civiles, la violación del derecho a la libertad y la migración forzada de los habitantes de Ucrania como resultado de la guerra, así como la deportación forzada de la población ucraniana a la Federación Rusa.

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(ZENIT Noticias / Roma, 15.11.2022).- En un encuentro con un grupo de embajadores ante la Santa Sede, Su Beatitud Sviatoslav Shevchuk, Jefe y Padre de la Iglesia greco-católica ucraniana, compartió un testimonio sobre el progreso de la guerra en Ucrania, el servicio de la Iglesia y también esbozó los pasos necesarios para una paz justa frente a la agresión rusa.

El encuentro tuvo lugar el 14 de noviembre, en el Palazzo della Rovere, sede de los Caballeros del Santo Sepulcro, en presencia de una treintena de embajadores, a iniciativa de la Secretaría en Roma del Arzobispo Mayor de la Iglesia greco-católica ucraniana. A la reunión asistió también el Cardenal Fernando Filoni, Gran Maestre de la Orden del Santo Sepulcro.

En su informe, Su Beatitud Sviatoslav compartió hechos trágicos sobre la situación humanitaria en Ucrania, esbozando los derechos que están siendo violados en el curso de la guerra por las fuerzas rusas, desde el derecho a la vida hasta la seguridad, pasando por las violaciones del derecho a la vivienda, la asistencia sanitaria y la educación.

Su Beatitud también denunció el uso de armas prohibidas contra la población y los objetivos civiles, la violación del derecho a la libertad y la migración forzada de los habitantes de Ucrania como resultado de la guerra, así como la deportación forzada de la población ucraniana a la Federación Rusa.

El Arzobispo mayor de la Iglesia greco-católica ucraniana destacó también el peligro de la ideología del «mundo ruso», de la que –explicó– el Patriarcado de Moscú es portavoz y que se originó en el seno de la Iglesia ortodoxa rusa. Durante la reunión, mostró dos vídeos cortos, en los que se ve a un sacerdote ortodoxo, vestido con ornamentos litúrgicos, utilizando una pieza de artillería, alabando la guerra contra la OTAN, y a un sacerdote enseñando a los soldados la oración para bendecir las balas al introducirlas en el cargador.

A pesar de todo, añadió Su Beatitud, hay «signos de esperanza», mostrados a través de otro breve vídeo de una joven protesta rusa que pide «un abrazo» si se está en contra de la guerra en Ucrania, obteniendo una respuesta a veces entusiasta de algunos transeúntes.

En cuanto a las perspectivas de paz y vida tras el fin de la guerra, Su Beatitud Sviatoslav dijo que esto sigue siendo «una cuestión abierta», y añadió que sólo podrá ocurrir después de que se establezca la verdad sobre lo ocurrido, la justicia y la conversión de los corazones. «Pero ciertamente no será un camino fácil».

Su Beatitud también compartió su experiencia personal al visitar las ciudades martirizadas de Bucha e Irpin’ y destacó las dificultades diarias que se viven en Ucrania.

Al mismo tiempo, el Arzobispo Mayor destacó los extraordinarios esfuerzos realizados por la Iglesia, que siempre ha estado sobre el terreno desde el comienzo de la injusta agresión para ayudar a los más necesitados. «Estoy orgulloso de mis obispos, sacerdotes, monjes y monjas que han permanecido junto al pueblo».

La reunión terminó con un breve intercambio de preguntas y respuestas y un intercambio informal entre los invitados.

La cita con los embajadores fue la última de Su Beatitud en Roma. Durante esta semana, pudo reunirse con el Papa Francisco, el Papa emérito Benedicto XVI, el Prefecto del Dicasterio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos, el Cardenal Kurt Koch; el Prefecto del Dicasterio para las Iglesias Orientales, el Cardenal Leonardo Sandri; el Secretario de Estado, el Cardenal Pietro Parolin; y el Secretario del Vaticano para las Relaciones con los Estados, el Arzobispo Paul Richard Gallagher.

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