(ZENIT Noticias / Los Ángeles, 13.03.2024).- Lyman Stone, investigadora en el Instituto de Estudios de la Familia (IFS) y directora de información Demographic Intelligence, refirió a Crux, que actualmente se dan los niveles más bajos de matrimonio.
La misión del IFS es fortalecer el matrimonio y la vida familiar, promoviendo el bienestar de los niños mediante la investigación y la educación pública. En su investigación con la agencia Gallup, publicada en febrero 2024, se analiza la relación entre el matrimonio y el bienestar de los adultos estadounidenses. Los resultados fueron publicados en el estudio “Married people are living their best lives”, dirigido por Jonathan Rothwell.
El especialista Lyman Stone señala un dato: «Por ejemplo, sólo alrededor de 60 % de los varones de 35 años actuales se han casados alguna vez, frente a 90%, en 1980. Esta tendencia también sugiere que una proporción creciente de estadounidenses no se casará en sus años más saludables».
Otro dato indica que solo 20% de las mujeres con 25 años y 23% de los varones con 25 años se han casado alguna vez. Stone recuerda que «en 1967, alrededor de 85% de las mujeres con 25 años se había casado alguna vez, así como 75% de los varones de 25 años «. Fue la época de más elevado promedio de matrimonios. Anteriormente, los datos en 1920 mostraban que solo 70% de mujeres con 25 años y 50% de varones con 25 años se habían casado alguna vez.
Stone expresó que muchos analistas creen que los declives actuales de matrimonios vienen por el retraso de la boda. «Si bien hay algo de verdad en esto, la situación también es extrema en edades más avanzadas».
Las consecuencias para la sociedad estadounidense son notorias: «Apunta a que la disminución de la fertilidad a largo plazo es difícil de prevenir, ya que el matrimonio es un factor importante que determina el comportamiento de la fertilidad. Estas tendencias también pueden dar lugar a una gran cantidad de resultados adversos a medida que las personas envejecen, incluido el aumento de la soledad y el aislamiento».
El comentarista también indicó que «los beneficios del matrimonio para los individuos y la sociedad son considerables y, por lo tanto, los costos de fracasar en el matrimonio también lo son».
Con cierta ironía, Stone dijo: «No hay razón para creer que estamos entrando en un período de castidad o celibato que aumenta dramáticamente, por lo que la disminución del matrimonio es obviamente preocupante para las iglesias, pues sugiere que una mayor proporción de personas en nuestra sociedad se enfrentará a experiencias de vida que pueden no cuadrar bien con las enseñanzas de la Iglesia».
Recomienda que las iglesias pueden hacer algo ante el declive del matrimonio: «Hablar con claridad». También propone que es oportuno “establecer programas: los líderes de la Iglesia deben exhortar sin ambigüedades a las personas a buscar el matrimonio si no están buscando vivir activamente la vocación del celibato».
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