Enrico Lenzi
(ZENIT Noticias – Avvenire / Milán, 18.01.2025).- Las normas sobre la no admisión de homosexuales al sacerdocio no cambiarán. La aclaración llega al día siguiente de la publicación de las «Orientamenti e norme per i Seminari» («Orientaciones y normas para los seminarios»), que indican a las estructuras de formación al sacerdocio itinerarios formativos y de atención a los candidatos al sacerdocio. La nueva intervención se hizo necesaria tras una lectura parcial y descontextualizada por parte de algunos órganos de prensa del párrafo 44 del documento, que trata precisamente de la cuestión de la homosexualidad en el itinerario formativo de los Seminarios.
A decir verdad, el párrafo reitera, palabra por palabra, lo establecido en el número 199 del documento emitido por la entonces Congregación para el Clero, titulado «El don de la vocación sacerdotal. Ratio Fundamentalis Institutionis Sacerdotalis» del 8 de diciembre de 2016 y que a su vez reitera el contenido de la Instrucción publicada por la entonces Congregación para la Educación Católica en 2005:
«En relación con las personas con tendencias homosexuales que se acercan a los Seminarios, o que descubren en el curso de su formación tal situación, en coherencia con su Magisterio, la Iglesia, respetando profundamente a las personas en cuestión, no puede admitir al Seminario y a las Sagradas Órdenes a quienes practican la homosexualidad, presentan tendencias homosexuales profundamente arraigadas o apoyan la llamada cultura gay. Las personas mencionadas se encuentran, de hecho, en una situación que obstaculiza gravemente una correcta relación con hombres y mujeres», dice tanto el documento de 2016 como el publicado por la Conferencia Episcopal Italiana el pasado jueves 9 de enero de 2025.
La verdadera novedad del documento, de hecho, es el enfoque que las nuevas normas ponen en el «discernimiento», particularmente en los tres primeros años del itinerario formativo. «En primer lugar pretendemos situar a la persona», reitera el obispo de Fiesole, Stefano Manetti, presidente de la Comisión Episcopal para el Clero y la Vida Consagrada, “ayudando a los candidatos al sacerdocio a adquirir claridad dentro de sí mismos”. En definitiva, «un acompañamiento al autoconocimiento que a menudo falta en las jóvenes generaciones y que no excluye a los jóvenes que llegan a los seminarios».
La nueva Ratio difundida el jueves 9 de enero invita a los formadores en el proceso formativo «cuando se hace referencia a las tendencias homosexuales, conviene también no reducir el discernimiento sólo a ese aspecto, sino, como para cada candidato, captar su significado en el marco global de la personalidad del joven, para que, conociendo e integrando los objetivos propios de la vocación humana y sacerdotal, pueda alcanzar una armonía de conjunto». En definitiva, reitera el obispo de Fiesole, Manetti, «significa poner a la persona en el centro, más allá de las categorizaciones inmediatas, para acompañarla a hacer la verdad sobre su orientación sexual». Por tanto, una «plena conciencia de sí mismo también en la esfera afectivo-sexual». Esta es una preocupación que los formadores están llamados a tener para todos los candidatos al sacerdocio, por lo tanto también para los heterosexuales.
De nuevo en el párrafo 44, el documento subraya que «el objetivo de la formación del candidato al sacerdocio en la esfera afectivo-sexual es la capacidad de acoger como un don, elegir libremente y vivir responsablemente la castidad en el celibato. De hecho, «no es una indicación meramente afectiva, sino la síntesis de una actitud que expresa lo contrario de la posesión. La castidad es libertad de posesión en todos los ámbitos de la vida». Una frase que algunos han interpretado como una posible apertura a sacerdotes homosexuales siempre que sean castos. «No es una lectura correcta», explica Manetti», porque el párrafo reitera desde el principio las normas del Magisterio.
Traducción del original en lengua italiana realizado por el director editorial de ZENIT.
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