(ZENIT Noticias – Terra Santa Net / Jerusalén, 04.03.2025).- El Patriarcado Armenio de Jerusalén está en alerta roja, amenazado por una inminente confiscación de bienes inmuebles por parte del Municipio de Jerusalén. Esta acción, la más directa jamás emprendida por el municipio contra una Iglesia, se enmarca en un procedimiento de recaudación de la Arnona, un impuesto municipal sobre propiedades impugnado por las Iglesias de Tierra Santa.
Durante varios años, la Municipalidad de Jerusalén y otros municipios israelíes han estado intentando imponer un impuesto a las iglesias sobre propiedades que no se utilizan exclusivamente para fines religiosos. En 2018, un conflicto similar condujo al cierre durante varios días de la Basílica del Santo Sepulcro, un acto extremo destinado a atraer la atención de la opinión pública mundial. Se creó un comité del gobierno israelí para resolver el problema, pero las medidas actuales de la administración municipal de Jerusalén parecen ignorar esas negociaciones.
Una amenaza explícita e inminente
En un comunicado emitido la tarde del 18 de febrero, el Patriarcado armenio explica que un procedimiento de ejecución hipotecaria podría llevar a la subasta de propiedades que ha tenido durante siglos para recuperar supuestas deudas relacionadas con Arnona que datan de 1994. El Patriarcado culpa “a las acciones del funcionario de cobro, un empleado del municipio de Jerusalén, que ‘determinó’ que el Patriarcado debe una deuda astronómica, sin tener en cuenta el plazo de prescripción y sin proporcionar una identificación clara de la base de esa deuda”. Además, una parte importante de la supuesta deuda se refiere a un inmueble que en realidad está alquilado al propio municipio de Jerusalén, con el que, además, el Patriarcado mantiene una disputa en curso por el impago del alquiler.
Contra las decisiones del funcionario, que rechazó todas las objeciones de la curia patriarcal, se presentó un recurso administrativo examinado el 24 de febrero. Si la justicia rechaza la petición del Patriarcado, el municipio podría proceder a la incautación de los bienes, creando un precedente jurídico desastroso para todas las Iglesias de Israel.
El Patriarcado, que considera esta situación como una grave amenaza para la presencia armenia en Tierra Santa, pide al primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, al ministro del Interior y al presidente del comité gubernamental encargado de la cuestión de Arnona que suspendan inmediatamente las medidas tomadas contra él. También pide que se reanuden las negociaciones para alcanzar una solución acordada.
La comunidad armenia de Jerusalén ya ha tenido que luchar para proteger sus activos territoriales. En mayo de 2023, estalló una fuerte oposición interna tras la firma de un contrato de arrendamiento de 99 años, que cedía una parte del Barrio Armenio a un empresario judío australiano. El asunto provocó protestas, pedidos de dimisión y la pérdida de reconocimiento del patriarca por parte de Jordania y la Autoridad Palestina. La curia patriarcal dio marcha atrás y trató de anular el contrato, y la cuestión es ahora objeto de disputas legales.
Este incidente se produce en un contexto de tensiones que involucra a todas las Iglesias de Israel. Unos días antes, los jefes de las Iglesias de Jerusalén se habían reunido con diplomáticos internacionales para expresar sus preocupaciones, en particular respecto a la cuestión de Arnona.
La presencia cristiana podría sufrir
La cuestión va mucho más allá de la comunidad armenia: plantea interrogantes sobre la sostenibilidad a largo plazo de las instituciones cristianas en Tierra Santa. La posible confiscación de los bienes del Patriarcado Armenio podría abrir la puerta a acciones similares contra otras Iglesias. La presencia cristiana podría verse aún más debilitada por estas políticas agresivas.
Según el sitio de noticias armenio civil.net, el padre Gogchyan, canciller del Patriarcado armenio, abordó el tema con el Secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubbio, al margen de su visita privada al Santo Sepulcro.
«Nosotros (los religiosos de las diversas confesiones que somos custodios de la basílica, ndr.) hemos expresado nuestras preocupaciones ante la presencia de cristianos en Israel y su posible salida. El Secretario de Estado señaló que muchos cristianos, incluidos armenios, ya han abandonado Siria, Líbano y otros países de Oriente Medio, y que Estados Unidos hará todo lo posible para garantizar que la presencia cristiana en Israel se mantenga estable, evitando que se repita lo que ocurrió en esos países.
Otras Iglesias de Tierra Santa en solidaridad
Ante esta amenaza, la comunidad cristiana de Jerusalén y los representantes de las Iglesias unen sus fuerzas para hacer oír su voz y preservar un patrimonio religioso e histórico de inestimable valor.
El 19 de febrero, el Delegado Apostólico en Jerusalén, Monseñor Adolfo Tito Yllana, recibió a representantes del Patriarcado Armenio para abordar los temas tratados. Ese mismo día, los patriarcas y jefes de las Iglesias de Jerusalén emitieron una declaración conjunta expresando su solidaridad con el Patriarcado armenio. Las medidas adoptadas en su contra, escriben, “basadas en una deuda fiscal de Arnona no verificada y exorbitante, son legalmente dudosas y moralmente inaceptables”.
“Es inconcebible”, continuaron los líderes de la Iglesia, “que las instituciones cristianas, cuya misión durante siglos ha sido proteger la fe, servir a las comunidades y preservar el patrimonio sagrado de la Tierra Santa, deban enfrentar ahora la amenaza de confiscación de propiedades debido a medidas administrativas israelíes que ignoran el debido proceso. Particularmente alarmante es el intento de la ciudad de hacer cumplir una determinación de deuda sin ninguna revisión judicial y en abierto desafío al comité gubernamental establecido para negociar tales asuntos de buena fe. Esta acción imprudente pone en peligro al Patriarcado Ortodoxo Armenio y sienta un precedente peligroso que podría amenazar a las instituciones cristianas en toda Tierra Santa”.
Para finalizar, una petición explícita al gobierno israelí: «Hacemos un llamamiento al Primer Ministro Benjamin Netanyahu, al Ministro del Interior Moshe Arbel y al Ministro Tzachi Hanegbi para que intervengan inmediatamente, suspendan todos los procedimientos de ejecución hipotecaria y garanticen que las negociaciones se reanuden en el seno del citado comité gubernamental, a fin de alcanzar una solución amistosa a esta disputa en el espíritu de la justicia».
El Consejo Mundial de Iglesias: “Un ultraje jurídico y moral”
También el 20 de febrero desde Ginebra expresó su solidaridad el reverendo Jerry Pillay, secretario general del Consejo Mundial de Iglesias (organismo de coordinación ecuménica mundial al que pertenecen gran parte de las Iglesias ortodoxas y de las denominaciones cristianas luteranas y con el que la Iglesia católica colabora externamente).
Esto es lo que leemos en un pasaje de la declaración: «El Consejo Mundial de Iglesias (CMI) expresa su solidaridad con el Patriarcado armenio de Jerusalén ante una injusta orden de confiscación emitida por la Municipalidad de Jerusalén. Denunciamos este acto como un flagrante ataque a la libertad religiosa y una grave violación del status quo histórico que rige los Santos Lugares de Jerusalén».
“Durante siglos”, añadió Pillay, “el Patriarcado armenio, junto con otras instituciones cristianas, ha custodiado el patrimonio sagrado de Tierra Santa, sirviendo como faro de fe, servicio comunitario y justicia. Las medidas coercitivas adoptadas contra el Patriarcado no sólo representan un atropello jurídico y moral, sino que también sientan un precedente peligroso que amenaza a todas las instituciones cristianas en Jerusalén. Esta acción imprudente forma parte de un patrón más amplio de creciente presión, disputas territoriales y actos de intimidación contra las comunidades cristianas en la Ciudad Santa, actos que el CMI ha condenado repetidamente.
Traducción del original en lengua italiana realizado por el director editorial de ZENIT.
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