(ZENIT – 11 sept. 2018).- En estos tiempos, «parece que el Gran Acusador esté enfadado con los obispos para crear escándalo», ha advertido Francisco, y ha repetido que la fuerza del obispo es precisamente ser «un hombre de oración», «un hombre que se siente elegido por Dios» y «un hombre en medio del pueblo», en la misa celebrada por la mañana en la Capilla de Santa Marta.
El Santo Padre ha recordado en la homilía las palabras que ofreció recientemente a los obispos de los territorios de misión que participan en el Seminario de Estudio, organizado por la Congregación para la Evangelización de los Pueblos en Roma, del 3 al 15 de septiembre.
«Todos somos pecadores»
«Esto es bueno recordarlo» ha insistido el Pontífice, en estos tiempos cuando parece que «el Gran Acusador se ha disuelto y está enfadado con los obispos», ha dicho.
«Todos somos pecadores, nosotros los obispos –ha reconocido el Papa–. Pero él intenta revelar los pecados, que se vean, para escandalizar a la gente. El Gran Acusador que, como él mismo le dice a Dios en el primer capítulo del Libro de Job, «viaja por el mundo buscando cómo acusar».
«Recemos hoy por nuestros obispos: por mí, por los que están aquí delante y por todos los obispos del mundo», ha pedido el Sucesor de Pedro a los fieles presentes en la Eucaristía.
Primera tarea: oración
La oración es el primer aspecto que el Papa señala para el obispo. «El consuelo que un obispo tiene en los malos momentos» –señala–, es decir, saber que «en este momento Jesús reza por mí», «reza por todos los obispos».
Esta es su primera tarea. Y que el obispo sea un hombre de oración también lo confirma San Pedro cuando dice: «Para nosotros, la oración y el anuncio de la Palabra». Él no dice: «Para nosotros, la organización de los planes pastorales …», enfatiza Francisco.
El Papa ha explicado que en segundo lugar, el obispo se siente elegido: «El obispo que ama a Jesús no es un escalador que va adelante con su vocación como si fuera una función, tal vez mirando a otra posibilidad de avanzar y subir, no. El obispo se siente elegido. Y tiene la certeza de haber sido elegido».
Cercano a las personas
Por último, pero no menos importante, el Papa ha señalado la importancia de que un obispo esté cerca de las personas:»El obispo que no permanece alejado del pueblo, que no usa actitudes que lo llevan a estar lejos de la gente; el obispo que toca al pueblo y se deja tocar por el pueblo. No busca el refugio de los poderosos, de las élites: no. Serán las élites quienes criticarán al obispo; el pueblo tiene esta actitud de amor hacia el obispo, y tiene esta -como si fuera- esta unción especial: confirma al obispo en su vocación».
Obispos en la Misa de Santa Marta, 11 sept. 2018 © Vatican Media
La fuerza del obispo frente al "Gran Acusador": oración y humildad
Reflexión del Papa en Santa Marta