Repulsa de los líderes religiosos y políticos del norte ugandés por las masacres del LRA

Piden la intervención del gobierno y de la comunidad internacional

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LIRA, 20 noviembre 2003 (ZENIT.org).- Los líderes religiosos de las comunidades Acholi y Lango –etnias que prevalecen en el norte de Uganda— expresaron el miércoles pasado su firme condena contra la reciente oleada de ataques del rebelde «Ejército de Resistencia del Señor» (LRA) en la zona de Lira, cabeza del distrito septentrional del mismo nombre.

«Experimentamos horror por la pérdida de tantas vidas humanas. La vida es un don precioso de Dios y nadie tiene derecho a quitarla», reconocen en una nota enviada a la agencia misionera Misna.

«Pedimos al gobierno de Kampala, que tiene la responsabilidad de proteger a la población civil, que afronte esta crisis de manera más seria», declaran.

Desde hace cerca de dos semanas, el distrito septentrional es escenario de numerosas incursiones de los rebeldes del LRA en los pueblos de los alrededores de Lira, donde ocasionan constantemente víctimas entre la población civil indefensa.

Sólo en la noche del lunes al martes, asesinaron al menos a 53 personas a golpe de machete y hacha en cuatro ataques contra otros tantos pueblos de la zona, objetivo preferido de la violencia de estos «olum» –«hierba», en lengua acholi— a pesar de que Kampala haya reforzado recientemente el contingente militar presente en la provincia.

Manifestando sus condolencias a los familiares de las víctimas, los líderes religiosos aseguran que «continuarán trabajando incesantemente para hallar una solución pacífica a este conflicto que convulsiona el norte y este de Uganda» a la vez que piden evitar «impulsos vengativos».

A la comunidad internacional piden los líderes religiosos Acholi y Lango que no ignore la situación y que vaya más allá «de las bellas palabras», porque la situación de los refugiados en Lira –cuya población ha crecido de 100.000 a 450.000 habitantes en muy poco tiempo— requiere urgentemente una intervención humanitaria.

Por su parte, 34 diputados Lango y Acholi de los distritos de Lira y Apac, en el norte ugandés, abandonaron el miércoles pasado el parlamento de Kampala en señal de protesta contra esta última oleada criminal del LRA.

Así lo confirmó Omara Atubo, uno de los parlamentarios del distrito de Lira, precisando que los representantes de los Lango no volverán a la Cámara hasta que el gobierno no ofrezca soluciones adecuadas para afrontar el drama humanitario que padecen todos los distritos septentrionales.

También el miércoles, todos los diputados norugandeses implicados en esta protesta abandonaron la capital con dirección a Lira para manifestar así su respaldo a la población local.

Allí se espera este jueves la llegada del presidente Yoweri Museveni, acusado por muchos de haber subestimado la amenaza que representa el LRA.

Liderados por Joseph Kony –un visionario a sueldo de Sudán que pretende derrocar al presidente ugandés–, desde 1986 los rebeldes del LRA siembran el terror en los distritos septentrionales de Uganda.

Sus acciones han terminado en la muerte de unas 100.000 personas, el secuestro de más de 20.000 niños –reducidos a la esclavitud o enrolados a la fuerza en la guerrilla— y el desplazamiento de un millón.

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ZENIT Staff

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