CIUDAD DEL VATICANO, 25 noviembre 2003 (ZENIT.org).- Juan Pablo II ha nombrado al sacerdote canadiense Michael Miller, de la Congregación de San Basilio, hasta ahora presidente de la Universidad de Santo Tomás de Aquino en Houston, Texas (Estados Unidos), secretario de la Congregación vaticana para la Educación Católica.
Sustituye en el cargo al arzobispo italiano Giuseppe Pittau, quien había presentado al Santo Padre su renuncia por razones de edad.
Con el nombramiento, el Papa ha dispuesto que el padre Miller sea consagrado obispo –de la sede titular de Vertara– y reciba la dignidad de arzobispo.
Nacido en Ottawa (Canadá) en 1946, el padre Michael Miller, tras entrar en la Congregación de San Basilio –cuyo objetivo principal es la educación de la juventud–, fue ordenado sacerdote en 1975.
Doctor en Teología por la Universidad Pontificia Gregoriana de Roma (en 1979), ha sido profesor de Teología Dogmática en la Universidad de Santo Tomás de Aquino de Houston (1979-1987) y oficial de la Secretaría de Estado del Vaticano (1992-1997). Desde 1997 hasta hoy era presidente de la Universidad de Santo Tomás.
La Congregación para la Educación Católica, cuyo prefecto es el cardenal polaco Zenon Grocholewski, tiene autoridad en tres sectores: en los seminarios (a excepción de los que están bajo la jurisdicción de las Congregaciones para la Evangelización de los Pueblos y para las Iglesias Orientales) y casas de formación de religiosos e institutos seculares; en todas las universidades, facultades, institutos y escuelas de estudios superiores eclesiásticas y civiles que dependen de eclesiásticos; en todas las escuelas e instituciones educativas que dependen de autoridades eclesiásticas.
La actividad de la Oficina para los Seminarios incluye visitas apostólicas a instituciones católicas, preparación para recibir a los obispos cuando realizan las visitas «ad limina», nombramientos de Rectores y erección de seminarios.
La Oficina para la Universidad es responsable de la aprobación de los Estatutos de centros educativos nuevos o ya existentes, del nombramiento o confirmación de rectores y decanos, así como de la aprobación o concesión de doctorados «honoris causa».
La Oficina para las Escuelas Católicas mantiene contactos con obispos y con representantes pontificios para estar siempre al día sobre los sistemas educativos de todo el mundo, y se relaciona con organizaciones católicas nacionales e internacionales en relación con la educación católica.
Algunas de las cuestiones que estudia esta oficina se refieren a la educación sexual en las escuelas católicas, a problemas relacionados con la enseñanza moral o religiosa en las escuelas públicas, al cierre de escuelas católicas en algunos países y, en otros, al reconocimiento jurídico de las escuelas católicas y de los bienes y propiedades eclesiales.