CIUDAD DEL VATICANO, domingo, 25 enero 2004 (ZENIT.org).- Juan Pablo II ha ofrecido dos consejos a los padres para que eduquen a sus hijos en el uso de los medios de comunicación: fomentar el espíritu crítico y reglamentar su uso.
El pontífice ofrece sus orientaciones de fondo en el mensaje que ha escrito para la próxima Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales –se celebrará el 23 de mayo–, publicado por la Sala de Prensa de la Santa Sede este sábado.
«Los padres, como primeros y principales educadores de sus hijos, son también los primeros en explicarles cómo usar los medios de comunicación», constata el pontífice en el mensaje que lleva por título «Los medios en la familia: un riesgo y una riqueza».
«Están llamados a formar a sus hijos en el uso moderado, crítico, vigilante y prudente de tales medios en el hogar. Cuando los padres lo hacen bien y con continuidad, la vida familiar se enriquece mucho», reconoce.
«Incluso a los niños pequeños se les pueden dar importantes explicaciones sobre los medios de comunicación social: que son producidos por personas interesadas en transmitir mensajes; que esos mensajes a menudo inducen a hacer algo –a comprar un producto, a tener una conducta discutible– que no beneficia al niño o no corresponde a la verdad moral».
En definitiva, afirma al ilustrar su primer consejo el obispo de Roma, los padres deben explicar a los pequeños que «no deben aceptar o imitar de modo acrítico lo que encuentran en los medios de comunicación social».
Con su segundo consejo, el Papa recuerda a los padres de familia que «deben reglamentar el uso de los medios de comunicación en el hogar».
«Esto implica planificar y programar el uso de dichos medios, limitando estrictamente el tiempo que los niños les dedican, haciendo del entretenimiento una experiencia familiar, prohibiendo algunos medios de comunicación y excluyéndolos periódicamente todos para dejar espacio a otras actividades familiares».
Ahora bien, reconoce para que estos dos consejos sean eficaces se requiere que los padres den «buen ejemplo a los niños, haciendo un uso ponderado y selectivo de dichos medios».
Ene este sentido, sugiere, «les podría resultar útil unirse a otras familias para estudiar y discutir los problemas y las oportunidades que plantea el uso de los medios de comunicación».
«Las familias deberían manifestar claramente a los productores, a los que hacen publicidad y a las autoridades públicas lo que les agrada y lo que les desagrada», concluye.